ESCUELA DE DESCODIFICACIÓN BIOLÓGICA ORIGINAL 2015 2016 Vol. 3 | Page 46

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Revista EDBO Descodificación Biológica Terapia & Salud

individuos humanos durante su etapa de mayor plasticidad, sobresale de entre todas las estrategias posibles como la más adecuada en orden a poder intervenir conscientemente en nuestra propia transformación evolutiva.”

Esas experiencias tempranas también sirven para iniciar el conocimiento de nosotros mismos, para construir nuestra autoimagen y el desarrollo de la autoestima. Lo facilitaremos en el bebé y en el niño si comprendemos su mundo emocional, si escuchamos, aceptamos y damos salidas a sus emociones. De ello dependerá la forma en que las manejarán después las suyas y las de los demás. No cabe duda, otro ingrediente básico de la educación es comprender y saber tratar el mundo emocional de bebés y niños.

Preocuparse del futuro es preocuparse del ahora. De todas formas, da igual que tengas en cuenta o no las consecuencias futuras en la forma de tratar, criar y educar a bebés-niños. Tanto a nivel individual, como global. Lo realmente importante es que ahora sean felices, que se sientan amados incondicionalmente. En eso es en lo que te tienes que centrar y tener como objetivo si eres madre o padre. No se trata que lo hagas solo porque has leído que si no actúas así o asá, tu hijo tendrá problemas posteriores. Lo has de hacer, sobretodo, porque sientes y sabes que es lo mejor para ellos, ahora.

Sin embargo, no te quepa duda de que si consigues que tú hijo se sienta incondicionalmente amado ahora, también su futuro y el de todos nosotros será mejor.

Descodificación Biológica y el origen de la enfermedad

Una de las causas del origen de la enfermedad, desde la perspectiva de la Biodescodificación, son los conflictos emocionales traumáticos. Conflictos que pueden ser Programantes o Desencadenantes.

Los Conflictos Programantes son fruto de experiencias, generalmente tempranas (a lo largo de la gestación, en el nacimiento, e infancia hasta la adolescencia). Experiencias de alta carga emocional negativa o traumática. Toda experiencia temprana, a partir del momento de la concepción, afecta la arquitectura del cerebro. A lo largo de la gestación, desde el parto hasta una tarde pasada en el parque, el bebé registrará todas sus experiencias en los circuitos de su cerebro. El estado emocional de la madre gestante, la vivencia del nacimiento, las caricias de una madre a su bebé, el hecho de que un padre juegue o no con su hijo, son actos fisiológicos que se convierten al instante en procesos neurohormonales que transforman el cuerpo y configuran el cerebro del bebé y del niño.

Una de las claves para la comprensión de las consecuencias de la vida intrauterina, el nacimiento y primera infancia en el futuro del bebé, se encuentra en la “analogía”, mecanismo de disparo emocional de conflictos anteriores (Programantes) a nuestra capacidad natural de recuerdo y productora de la gran mayoría de Actualizaciones Patológicas que padecemos de adultos. El recuerdo inconsciente de vivencias afectivas negativas (como el abandono, la separación, sentirse rechazado, apartado, incomprendido, humillado o falto de seguridad afectiva y de amor) anclado a personas, situaciones y lugares que las acompañaron, queda agazapado, oculto en nuestra conciencia, influyendo en nuestro sentir y en nuestros procesos emocionales posteriores, de niño y de adulto. Con el peligro adicional de que alguna situación o experiencia posterior “similar”, Conflicto Desencadenante, active automáticamente toda la carga emocional negativa que produjo la experiencia inicial (concepto de “raíl”), poniendo en marcha la respuesta biológica consecuente.

Las experiencias tempranas no solo afectan al desarrollo Psicoemocional del individuo, sino también a su Biología y Fisiología, y en consecuencia a sus alteraciones, desarmonías o enfermedades de adulto. Tanto en el ámbito psicológico como biológico-fisiológico.

Qué mejor prevención para la salud holística, global, de las personas, que otorgar a bebés y niños (desde la gestación) un entorno nutriente en lo afectivo, un trato delicado y respetuoso, que permita desarrollar plenamente su Ser, librándole de innecesarias experiencias emocionales negativas o traumáticas que está en nuestra mano evitar, y ayudándoles a afrontar las inevitables, que la vida ya genera por sí misma.

Padres e Hijos

Enrique Blay Llauradó

Autor del libro “El Bebé emocional”. Diplomado en Psicología del Desarrollo. Terapeuta en Descodificación Biológica Original, Anatheóresis, Terapia Floral del Dr. Edward Bach, Hipnosis Clínica, Hipnopsicoterapias, Rehabilitación Psicosomática y Curaciones Psíquica, Terapia de la Polaridad, Dietética y Nutrición Naturista y Neositerapia.