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Se debe oponer a toda coalición o actor individual que tienda a asumir una posición
predominante (o hegemónica) al interior del sistema;
Los Estados deben oponerse a toda organización supranacional;
Se debe permitir a los actores nacionales vencidos o sancionados que recuperen un papel
aceptable dentro del sistema o bien promover a actores anteriormente no esenciales para
incorporarse al sistema como actores esenciales.
Esto podemos relacionarlo automáticamente con las grandes pérdidas territoriales
y las situaciones precarias, de crisis en las que quedaron los países que perdieron
la guerra. Provocando frustraciones que serían la base del inicio de un nuevo
conflicto. Es por ello que estas propuestas han sido criticadas ampliamente, según
este sistema un país poderoso o que intentara ser poderoso era un peligro para la
seguridad de todos los demás por lo que se debía limitar y suprimir su poder antes
de que este lograra algo. Pero esta imagen de igualdad entre todas las naciones
era tan solo de apariencia.
Uno de sus principales críticos es Raymond Aron quien explica lo inestable de su
teoría en base a la inestabilidad de las reglas que anteriormente se mencionaron.
El manifiesta que
La regla 1 (cada país debe acrecentar su poder, pero preferir la negociación antes
que la lucha) era ilógico al establecerlo como norma de conducta. La 2 que busca
combatir antes de perder la oportunidad no es una opción razonable ni racional. La
regla 4 oponerse a un actor o coalición que busqué una posición predominante se
considera algo básico que ya se había mencionado antes por David Humé. Mientras
que las reglas 3 y 6 se llegan a contradecir ya que una pide el no eliminar a ningún
actor principal, pero en la 6 explica que perderían su posición como actores
esenciales. Por último, la regla 5 equivale al principio de que todo estado, que, en
un sistema de equilibrio, obedezca una ideología o una concepción supranacional,
es por tanto y tal un enemigo, para todos los demás, ya que buscaría de igual
manera influir más allá de su territorio y por lo tanto dañar el equilibrio del sistema.
Como conclusión podríamos asumir que algunos de estos fallos en la teoría,
contribuyeron a que el tratado de Versalles fuese tan imparcial, culpando
únicamente a Alemania de lo ocurrido en la guerra y por lo tanto contribuyendo
directa o indirectamente a que la segunda guerra mundial estallara a menos de 20
años después de la primera. Prueba de ello es que el sistema de equilibrio de poder
ya no fuera considerado para la resolución de la segunda guerra mundial.
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