Escribiendo desde casa Cómo viven los y las adolescentes la cuarentena | Page 7
comprendo que es por nuestro bienestar y el de los demás. Tan solo por esa razón, y para
poder ver a mi sobrino de tres meses cuando se acabe, estoy en casa. De esa forma aporto a
que el virus no siga expandiéndose. De esa forma trato de ayudar a que la cuarentena se
acabe más rápido para que mi hermano pueda ver por segunda vez a su hijo, el cual debe
hacer un viaje de muchos kilómetros para que otra parte de su familia pueda verlo. No me
siento muy cómoda en casa cuando pienso en mi propia situación y en las demás, las
personas que no cuentan con recursos que yo puedo llegar a tener. Como muy bien se sabe,
la ayuda no es para todos, es para una pequeña porción de la población. Por mi parte se me
dificulta realizar ciertas actividades, tareas. También se me dificulta un poco el distraerme
para no estar estresada, porque eso es lo que todos queremos en esta cuarentena, estar libres
de estrés. No cuento con internet en casa, pero al menos tengo crédito en mi celular para
poder hablar con mis amigos y familiares. En cierto punto de mi vida me acostumbré a no
estar con mis amigas físicamente, ya que ellas viven en países lejanos de donde me
encuentro ahora, y no hablo sobre mi país natal, hablo de otros países como Colombia,
México, Ecuador, Puerto Rico y así. Realmente antes no tenía amigas hasta que las conocí.
Sin embargo, la escuela, además de darme cierto aprendizaje, también me proporcionó
amistades a las cuales extraño ver, abrazar, caminar con ellas hacia la parada. La
cuarentena es una mezcla de emociones, tiene sus pros y sus contras. Y en este momento lo
que más me cuesta, aparte de mis quehaceres, es el no poder estar al lado de ellas. En este
tiempo en casa traté de regresar a mi rutina de ejercicio, cosa que dejé con rapidez por la
misma pereza de hacer todos los días lo mismo encerrada en cuatro paredes, por lo que pasé
a escribir en mi notebook. Escribí cualquier cosa que venía a mi mente para olvidar mi
estrés post-traumático, escribí para recordar buenos momentos, escribí para dejarme llevar
a otro mundo que no sea esa soledad que siento a pesar de encontrarme con mis seres
queridos, aunque me gusta pasar tiempo con mi familia, mamá y hermano, porque desde
hace mucho que se hizo muy cotidiano la ausencia de ambos en casa. Pero no me gusta ver
la preocupación en el rostro de mi madre por no saber qué comeremos al día siguiente, las
comidas que logra inventarse con su ingenio y las miles de discusiones por tanto estrés de
los integrantes de mi familia debido a nuestros propios problemas. Así que el miedo que
mucho sentimos, como yo, no se trata tan solo del coronavirus que ha quitado la vida de
muchos. Tengo miedo de tantas cosas. Por lo tanto, lo primero que haré cuando se acabe