logrará, pero malvado, ladrón, delincuente de eso
estoy segura que nunca, nunca lo será.
Tal vez podría ser un gran jardinero le gustan las
plantas tanto como a mí se queda extasiado mirando
las flores
yo tan solo quiero que él sea feliz.
Porque cuando Dios te trajo a mi vida no sabía
cuánto amor podía dar y tú me enseñaste el hermoso
sendero donde hoy mi ternura puede transitar. Y
vivo tu vida y duermo tu sueño, y amo tu rostro tan
lleno de paz.
Me enseñaste tanto “niño diferente”que estoy
orgullosa....de ser tu MAMÁ.
Agradecimiento a
Autora: María Marta Barrios
Ya se aproxima el
día de las madres.
Wao !Qué emoción!
Que día tan especial es el día de las madres. Las que
las tenemos presente como yo, le damos gracias a
Dios
todos los días por habernos permitido tener la
oportunidad de tenerla junto a nosotros. Pero las que
no la tengan por alguna razón triste, Dios siempre
les dará otro ser especial; ya sea una abuelita, tía
o tutor para que nos cuide y nos lleven de la mano.
A todos ellos debemos de honrarlos y dedicarles
nuestro amor todos los días de nuestra vida. ¡Si!!
Todos los días. Saben ¿Por qué? Porque no podemos
esperar el día de las madres para decirle cuánto es
nuestro amor por ella o cuánto la queremos. Sino
que podemos hacerlo todos los días de nuestra vida.
Saben, ellas nos han dedicado toda una vida para
que nosotros crezcamos en armonía y en paz.
Estar junto a nuestras mamitas nos hace sentir
seguros, alegres y confiados. Son los seres más
maravillosos y cariñosos que Dios no ha dado en esta
vida. Nos enseñan a amar, a sonreír y a perdonar.
Una niña le preguntó a su mamá, porqué ella tenía
que ser su mama y su mamá le contó una historia
que quiero compartir con ustedes.
“Un día había una pequeña niña que anhelaba
tener
unos padres que fueran buenos y cariñosos y que
la
entendieran atraves de su desarrollo. Un día, esa
niña, le pidió a papito Dios que se los mandara
pronto y comenzó a orar todos los días. Entonces,
Dios, al ver su gran amor y deseo de tener una
familia miro desde el cielo al mundo y comenzó a
buscar una mamá que pudiera brindar todo ese
amor, cariño y ternura para la niña.
Habían muchas madres por todos lados, pero
todas eran muy distintas y continúo su búsqueda.
Comenzó a mirar por todos lados y de pronto vio
desde muy lejos a una mamá que anhelaba tener
una hermosa niña para educarla, disciplinarla
y amarla. En donde el respeto, la tolerancia y el
amor a Dios iban a hacer la base de ese hogar. Dios
vio algo diferente en esa madre; vio la ternura, el
deseo sincero, la comprensión y su gran fidelidad.
En sus hermosos ojos brillo esa humildad y gran
sinceridad.
Cuando Dios unió esos grandes principios en esa
madre, comprendió que la niña perfecta para
esa madre era Dios con su gran amor, unió a esa
pareja y puso una semilla en el vientre de aquella
madre. Luego pasaron 9 hermosos meses y la
madre tuvo a esa hermosa niña llamada Lady
Guzmán.
¡Qué Hermosa historia! ¿Verdad?
Miren mis chiqui lindos y chiqui hermosos niños,
Dios no se equivoca con nuestras madres. Nos
manda la perfecta para que nos ame y nos eduque.
Yo les puedo chiqui asegurar y les puedo decir que
no hay amor más verdadero y especial que el de
una madre.
Hoy les quiero dedicar esta hermosa poesía a todas
las madres del mundo y en especial a mi hermosa
madre Iraida Lorenzo, de Aguada, Puerto Rico.
Y, ustedes mis chiqui niños también hagan lo
mismo, corten esta hermosa poesía y se la ponen
en la almohada a toda persona que se haya
portado como su madre.
¡Será muy divertido!