#SOYVENEZUELA
de Francia, Emmanuel Macron, planteó
incrementar las sanciones a funcionarios
del régimen y no limitarlas a individuos,
y ese mismo día, Juan Manuel Santos,
Presidente de Colombia, declaró que
el resultado del fraudulento proceso
electoral no sería reconocido, posición
que ratificó, Mauricio Macri, Presidente
de Argentina, el 27 de enero.
Seguidamente, el 13 de febrero, en
reunión extraordinaria del Grupo de Lima,
los 14 países miembros declararon su
rechazo a la decisión de adelantar
comicios presidenciales para el 22 de
Abril, “que imposibilita la realización de
elecciones presidenciales democráticas,
transparentes y creíbles”... y reiteran que
unas elecciones que no cumplan con
estándares internacionales “carecerán
de toda legitimidad y credibilidad”.
Ese mismo día, la Canciller de Canadá,
Chrystia Freeland, afirmó que “no
vamos a reconocer ningún candidato
ni proceso que lleve a que estas
personas se presenten ante la ANC,
que consideramos ilegítima”.
El 14 de febrero, el Presidente peruano
Pedro Pablo Kuczynski anunció que,
con el apoyo del Grupo de Lima, se
retira la invitación a Maduro a la Cumbre
de las Américas, y el Departamento de
Estado de los Estados Unidos denunció
“la decisión del CNE de adelantar
de manera unilateral las elecciones
presidenciales sin garantías que
aseguren elecciones libres, justas y
validadas internacionalmente”.
El anillo se cierra. La presión crece cada
día. La señal externa es inequívoca: por
su propio bien, el régimen debe aceptar
los términos de una Transición que
permita restituir, sin demora, el orden
democrático en Venezuela.
Hace 59 años, en su discurso de toma
de posesión, Rómulo Betancourt expuso
que “los regímenes que no respeten
los derechos humanos, que conculquen
las libertades de sus ciudadanos y los
tiranice con respaldo de las políticas
totalitarias, deben ser sometidos a
riguroso cordón sanitario y erradicados
mediante la acción pacífica colectiva
(...) internacional.”
Esto iba dirigido a la República
Dominicana de Trujillo, y se convirtió
en “la doctrina Betancourt”, la cual
terminó enfilándose contra la Cuba de
Castro. Todo indica que, irónicamente,
la comunidad internacional comienza
a apelar a la doctrina Betancourt para
confrontar a la dictadura venezolana.
Hoy, ante una posición tan firme y
clara de la comunidad internacional
y de la sociedad venezolana, queda
claro que quien decida participar
en el fraudulento proceso del 22
de abril, o convalidar cualquier acto
de la Constituyente cubana, será
considerado como parte del sistema.
Ahora que logramos la acción
internacional, es indispensable
aplicar la energía y la organización
nacional, en una ruta firme. Ello
requiere una conducción política que
acompañe las urgentes aspiraciones
de los venezolanos y que en la hora
decisiva, no se quiebre y no se entregue.
Para ello nació la alianza ciudadana “Soy
Venezuela”. En ella nos encontramos
los venezolanos que, dentro y fuera
de nuestro país, estamos decididos a
cumplir el mandato del plebiscito del 16
de julio de 2017.
En la coordinación de estas fuerzas
está la definitiva liberación de
Venezuela.
Hemos llegado al punto de
no retorno.
María Corina Machado Parisca es una política, ex
diputada, profesora, ingeniera venezolana fundadora
del movimiento político Vente Venezuela, co-fundadora
de la asociación civil Súmate e integrante, junto
con Antonio Ledezma y Diego Arria, de la plataforma
ciudadana Soy Venezuela.
Fue elegida diputada de la Asamblea Nacional de
Venezuela por el estado Miranda, iniciando su mandato
en enero de 2011, convirtiéndose en la candidata con
más votos en la historia de la Asamblea Nacional
(Parlamento de Venezuela).