Epiko Magazine Febrero 2014 | Page 61

S er padres no significa perfección, ser buenos padres significa poder amar a nuestros hijos de forma incondicional especialmente cuando ellos actúan como “monstruitos”. Primeramente es esencial recordar que la ira, la decepción, la frustración y la tristeza son parte del ser humano, y que no somos seres “súper humanos” a lo “Superwoman o Superman”, aunque así lo quisiéramos, especialmente esos días cuando nuestros hijos nos dan “agua para beber”. Somos padres en desarrollo y vamos a cometer errores; es importante entender que la perfección no existe pero, una meta importante es aspirar a ser buenos padres. Lo podemos lograr educándonos, aprendiendo de nuestros errores y manteniéndonos estables de forma holística; -es decir, entender el todo y cada una de las partes- para así poder tomar decisiones adecuadas basadas en las necesidades individuales de nuestros hijos, es importante destacar que así como cada dedo de la mano es diferente, también lo son nuestros hijos. músculos de amor incondicional. En lugar de descargar nuestra ira hacia esa personita, de la cual estamos encargados de su cuidado y orientación, es más sabio auto-educarnos y poner en práctica técnicas efectivas para, de esta forma, no solamente mantener control de la situación, como también educar a nuestros hijos en cómo procesar su comportamiento inadecuado de forma constructiva. Nuestros hijos son muy sabios y desde muy temprana edad aprenden cuales son los “botones a tocar” para causar ciertas reacciones en nosotros; ya que ellos, desde el momento que nacen nos observan y analizan, de tal forma que desarrollan comportamientos buenos y malos basados en nuestros ejemplos…o sea son esponjas. Nosotros somos los adultos, así que nos toca ser los disciplinados y este comportamiento esencial -para darle buenos ejemplos a nuestros hijos- se adquiere aprendiendo la autodisciplina para así tomar control de diversas situaciones, especialmente cuando nuestros amados hijos se convierten en “monstruitos”. Desde temprana edad, tenemos que establecer reglas y límites para nuestros hijos. Recuerda que tu hijo/hija es un ser inmaduro y que, naturalmente, tiene mucho que aprender y cometerá errores. Tal como nosotros nos encontramos en una facetas de la vida, ellos están evolucionando después de salir del capullo y están en la etapa de metamorfosis. Cometer errores es parte del crecimiento y, una parte esencial de ser un buen padre o madre es guiarlos y aconsejarlos; esto requiere estar atentos a sus comportamientos, no ignorarlos ni reírles las “gracias” de mal gusto. La mejor forma de manejar esos “comportamientos dificultosos” es poner en práctica la fórmula RRP: Redirigir, Reparación y Planificación para así evitar que el error se repita, y ojo; esto significa entrega total, ser consistentes y adaptar la disciplina al entorno. ¿Pero no es saludable expresar nuestra ira? Arrasar o dirigir nuestro enojo hacia otra persona, nunca es saludable; solamente refuerza nuestra furia. Lo saludable es reconocer nuestros sentimientos (enojo, furia, ira, etc.) Y, ser lo suficientemente sabio como para hacer una pausa y estudiar lo que está a la superficie de nuestra ira –ya sea dolor, miedo, tristeza, decepción, etc., Una vez que te sientas calmada o calmado y en control, estarás en mejor condición mental para interve