EPIKO
NEGOCIOS
La
base fundamental de la convivencia en cualquier
aspecto de nuestra vida es la buena educación. Esta
no consiste solamente en saludar, agradecer, sonreír, saber
comportarnos en la mesa, pedir ‘por favor’, etc. Ser educado es
parte de nuestra cultura de vida y coexiste con nosotros todas
las horas del día. Trate a su prójimo con igual consideración y
no en función de su cargo, sexo o apariencia externa. Respete
la forma de ser, vestir, hablar y de opinar de la gente.
La honestidad, en todo orden, es esencial. Nadie debe atribuirse méritos de los que no ha sido autor o aun habiendo sido
parte, no son suyos en su totalidad. Ser honrado es una virtud
que lo hará merecedor de confianza y credibilidad. Aprenda
a felicitar, alentar, estimular y compartir, no sea mezquino. Es
gratificante recibir comentarios de reconocimiento, pero es más
significativo dar cumplidos como expresión de un estilo personal que lo singularice. Recuerde el proverbio persa: “La cortesía
es una moneda que enriquece al que la da”.
Evite llamar la atención a un colaborador en público o delante
de sus compañeros. Puede dañar severamente su autoestima
y, además, marcará un mal precedente en la conducción del
grupo humano a su cargo. Si tiene algún desencuentro trátelo
en privado y luego que los ánimos se hayan calmado, a fin de
evitar agudizar las diferencias. Si hace una crítica, que sea
constructiva y con espíritu reflexivo.
Desarrolle el diálogo que es una de las capacidades menos
puestas de manifiesto. La plática es un fresco intercambio entre
quienes alternativamente manifiestan sus conceptos. Tenga un
encuentro positivo, sereno, agradable, digno de un profesional y
construirá ‘puentes de entendimiento’ que le facilitan hablar de
sus emociones, preocupaciones, pedir ayuda u ofrecer soluciones. Su objetivo central es el acercamiento de una manera
favorable, no lo desaproveche. Controle su tono de voz, sus
gestos, la postura entre otros.
Es básico manejar nuestro temperamento, ampliar el autocontrol
y ser cortés. Las relaciones laborales, al igual que las sociales
y familiares, deben estar presididas por un trato afable en toda
oportunidad, incluso en las más difíciles y adversas.
Cuando reconozcamos que estos cambios serán beneficios
para nosotros mismos, para nuestro desarrollo personal; el
aporte que lograremos darles a otras personas, lo que construiremos juntos; es más fácil llegar a los corazones y obtener los
mejores resultados en nuestro equipo de trabajo.
Para conocer más de nuestros talleres de “Desarrollo de tu
personalidad en tu área laborar”, ofrecemos talleres a empresas
privadas, grupos de trabajos, puedes comunicarte con nosotros
al 403-343-0955.
“Ya ves que la fe acompañaba a sus obras, y por las obras su
fe llegó a la madurez”. Santiago 2, 22 Recuerda siempre “Si
pones a Dios en todo lo que haces, lo encontraras en todo lo
que acontece”
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