el responsable. El brillo de Nueva York adoptó nuevas luces en un momento que transformaría el deporte blanco por siempre, pues los juegos nocturnos son sinónimo de los mejores juegos, esos que se reservan para la parte final en prácticamente todos los torneos existentes. Y es que cuando la temperatura baja hay un mejor rendimiento de los jugadores e, incluso, la bola lleva una velocidad distinta, además de que toda la atención se centra en una sola cancha.
El impacto de una marca
Durante años, muchas marcas han dejado huella en el torneo, pero ninguna como Rolex. La firma suiza ha sido una pieza clave en la historia del último Grand Slam del año y basta un dato contundente: los testimoniales Rolex han ganado en múltiples ocasiones este torneo.
Entre otros, se han coronado campeones Rod Laver( 1962 y 1969), Chris Evert( 1975, 1976, 1977, 1978, 1980 y 1982), Stefan Edberg( 1991 y 1992), Pat
Rafter( 1997 y 1998), Roger Federer( 2004, 2005, 2006, 2007y 2008), Angelique Kerber( 2016), Sloane Stephens( 2017), Iga Świątek( 2022), Carlos Alcaraz( 2022), Coco Gauff( 2023) y el campeón del año pasado, Jannik Sinner. Todos forman parte de la familia Rolex.
El show debe continuar
“ The Show Must Go On”. El viejo adagio del mundo del entretenimiento se adapta a la perfección a la historia del Grand Slam, con una mención especial al Abierto de Estados Unidos, el cual se ha jugado ininterrumpidamente desde su inicio en 1881. Como un acto de resiliencia, propia del deporte, este torneo de tenis jamás ha cesado su actividad, incluso en momentos de inflexión, y es el único de los cinco que presume este hito. Ya sea por conflictos bélicos o una emergencia sanitaria, el resto de los majors han cancelado su calendario, pero este no es el caso del US Open, que en sus 144 años de historia, jamás ha interrumpido su calendario.
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