noviembre de ese año.( Al presidente Richard Nixon y al vicepresidente Spiro T. Agnew se les ofrecieron dos de los relojes, pero tuvieron que rechazar el regalo). Cada reloj llevaba una inscripción en el fondo de la caja, y en el de Neil Armstrong se leía así:“ Astronaut Neil A. Armstrong, to mark man’ s conquest of space with time, through time, on time, Gemini 8, Apollo 8, No. 17.”. La ocurrencia de estar“ a tiempo” – sobre todo dada la insistencia del presidente Kennedy en que el hombre llegara a la Luna a finales de los sesenta – es particularmente divertida.
El legado de un Omega Speedmaster de oro
Mark Armstrong, hijo del astronauta, señaló que a su padre le gustaba lucir el reloj en ocasiones especiales, y de hecho se notaba bastante usado – con cariño, desde luego –, con el bisel arañado y el fondo de la caja desportillado. Además, parte de las ganancias de la venta del Omega Speedmaster de Neil Armstrong se donarán a causas importantes para él.
Al haber logrado una puja por $ 2,125,000 dólares exactamente, esta pieza superó su estimación inicial, lanzándose de lleno como un un cohete hacia el espacio profundo. decidió regalar a Neil Armstrong, el primer caminante de la Luna en la historia de la humanidad en 1969.
La historia es más o menos así: En 1969, Omega fabricó los 28 Speedmaster en cuestión y los regaló a los astronautas de la NASA en una cena de gala celebrada en Houston en
El reloj de Neil Armstrong, testimonio del espíritu emprendedor de los Estados Unidos de la posguerra y de Suiza, evoca fuertes sentimientos de orgullo para muchos, especialmente para aquellos que tuvieron la suerte de oírle pronunciar esas palabras tan famosas por televisión en el verano de 1969. Esperemos que Omega siga siendo parte de los alunizajes del mundo y nos regale más momentos como éste.
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