Entrevista a Jordi Fernández Entrevista a Jordi Fernández | Página 3
funerarias tenían y podían asumir todos los EPI
necesarios para su personal y afrontar todos los
servicios. La avalancha de enfermos ha desbordado a
los hospitales y personal sanitario de primera línea.
Es lógico que se centralicen las necesidades y se
prioricen, pero las autoridades deberían acordarse
del personal funerario que también se expone al
riesgo de infectarse al realizar su trabajo y
necesitamos EPI.
S. – Se están celebrando despedidas en
circunstancias excepcionales, sin velatorio y en
soledad. ¿Qué medidas se están tomando para
atender las necesidades de las familias?
J.F. –Las familias son conscientes de la situación y en
muchos casos son ellas mismas las que se marcan las
limitaciones y actúan con responsabilidad. Cada
empresa funeraria tiene sus normas además de las
impuestas por el decreto de alarma. Todas se aplican
pensando siempre en las familias y en los
trabajadores..
S. – La palabra “aplazado” está invadiendo todas
nuestras actividades cotidianas ¿se puede aplazar
el duelo?
J.F. – No, es muy cruel perder a un ser querido por
esta enfermedad. En la mayoría de los casos, los
enfermos mueren solos por tener que estar aislados.
Según el protocolo de Sanidad, se debe permitir
entrar en la habitación aislada del finado a los
familiares directos y amigos para que puedan
despedirse, siempre sin tocar al difunto ni las
superficies y estar protegidos por los EPI pertinentes.
Si se tiene esta oportunidad (la complejidad de
muchos hospitales hace que sea imposible) será la
última vez que vean a su familiar o amigo. Como ya
he dicho, en estos casos no hay posibilidad de
velarlos ni realizar ceremonia de despedida.
Posiblemente debemos de empezar a pensar,
cuando todo termine y la situación social vuelva a la
normalidad, que a todos ellos se les pueda hacer un
homenaje o acto. No solamente para honrar a la
memoria del fallecido, también para ayudar a las
familias a llevar mejor su duelo.
"Es muy cruel
perder a un
ser querido por esta
enfermedad. Los
enfermos mueren
solos por tener que
estar aislados"
S. – Combina su pasión por la tanatopraxia con el
arbitraje. En su opinión ¿quién merece una tarjeta roja
ante esta crisis sanitaria?
J.F. – Creo y parto de la base de que todo el mundo
actúa pensando que hace el bien para él y para los
demás. Los ciudadanos deben de saber que esto va en
serio y se debe de salir lo menos posible a la calle, ser
disciplinados, lavarnos las manos con asiduidad y
ponernos lo menos posible en riesgo. Tan sólo quiero
recriminar y sacaría una tarjeta amarilla a alguna
autoridad sanitaria que públicamente y en programas
de televisión decían que le preocupaba más la gripe
convencional que el Covid-19. ¡Ah! Y tened claro que, si
yo pudiera, me quedaba en casa. ¡Ya que yo no puedo y
mis compañeros tampoco, quédate tú en casa!
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