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mercado latino | ENERO 2019
El tsuuchi card. La tarjeta de aviso del My Number. El cambiarlo por la tarjeta es opcional.
que usted es la misma persona.
Por extraño que parezca, los
extranjeros han reportado casos
similares cuando intentan abrir
una cuenta bancaria u obtener un
nuevo teléfono móvil. Para aque-
llos que tomaron el apellido de su
pareja japonesa por matrimonio
y pueden estar criando hijos, el
ts ū sh ō también brinda cohesión
y un sentido de unidad con todos
los miembros de la familia que
tienen la misma denominación.
Aunque ahora no se puede tener
un ts ū sh ō en la tarjeta de residen-
cia, si usó una anteriormente en su
tarjeta de registro de extranjeros,
debería haberse transferido y apare-
cer en su registro de residente, así
como en la tarjeta MyNumber.
SOLICITANDO UN ALIAS
Si nunca ha tenido un tsusho y
desea obtener uno, primero debe
visitar su oficina municipal y soli-
citar que se agregue a su registro
de residente. Sinceramente, este
no es un proceso particularmente
fácil, y las cosas se han complicado
con la inclusión de los ciudadanos
extranjeros en el sistema de regis-
tro de residentes.
El punto importante es demos-
trar que ha estado usando un alias
en la vida diaria en Japón y que
usarlo le haría su vida "más fácil y
más cómoda" para que sea reco-
nocido oficialmente. Se requerirán
ejemplos de identificación donde
use su nombre japonés, como do-
cumentos de la empresa, cuentas
bancarias y tarjetas de seguro. Si
se ha casado y ha tomado el ape-
llido de su cónyuge, probablemen-
te tenga mayor posibilidad que el
promedio de obtenerlo.
La oficina municipal de la ciu-
dad donde vivo tiene un formula-
rio especial para solicitarlo, por lo
que presumiblemente este es el
caso en otros municipio.
En un intento por obtener
algunos consejos más concretos
sobre el proceso de ts ū sh ō , pedí
una cita al Gobierno Metropolitano
de Tokio y me comunicaron con
el Departamento de Reforma de
la Administración en la Oficina de
Asuntos Generales. Esto dio lugar
a una entrevista al día siguiente con
tres funcionarios, muy serios ellos,
quienes llegaron a la cita aper-
trechados con una pila de libros
y folders, ninguno de los cuales
abrieron durante la entrevista.
Luego de una hora ésta des-
contenta escritora se fue sin
mucho que mostrar por sus esfuer-
zos. "Básicamente, depende de
la oficina municipal, es caso por
caso", me dijo el gerente.
Y ahí lo tiene, está servido.
Por: Louise George
Kittaka
Artículo aparecido en el diario
Japan Times el 25/ABR/2018
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