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18 | berberana | enero de 2020 R INCO NE S CO N H ISTO R IA Txema Arinas vuelve a su ‘Tabórniga’ en la novela ‘Los tres nudos’ Juantxu Martínez Si García Márquez tiene su Macon- do y Bernardo Atxaga su Obaba, está claro que el escritor vitoriano con ascendencia en Labastida, Txema Arinas, tiene su particular Tabórni- ga. Se trata de un pueblo imaginario que depende de la novela se pare- ce en algo a Labastida, Salinillas de Buradón y a otras localidades. En la novela Los tres nudos, Tabórniga es el pueblo de origen familiar de los protagonistas. En esta novela, es- crita hace diez años, pero publicada la primavera pasada, Txema Arinas hace guiños a Labastida con el arco de Larrabelza, de nombre opuesto al que en realidad existe allí, Larrazu- ria. También aparece un Barrio del Olmo y la utilización en la trama de un hecho real ocurrido en diciem- bre de 1933, como fue el alzamiento anarquista. Sin citar el nombre de la ciudad se habla de “lo viejo”, en clara refe- rencia al casco antiguo gasteiztarra, y de tierras asturianas, donde el au- tor vive hace unos años. Nos expli- có en una entrevista en Radio Rioja Alavesa que “la utilización como re- curso de lugares conocidos te facilita la historia a contar”. Ya hemos comentado que la no- vela está escrita hace una década, “casi fue una sorpresa cuando me lla- maron para publicarla”, nos dijo. La imprenta la ha puesto Editables.es, se trata de una editorial que publica de forma seleccionada y con trabajo pre- vio, “puedo decir que es mi primera novela editada, o sea corregida y pu- lida con la propia editora”, destacó en nuestra emisora Txema Arinas. En la presentación en la librería Zuloa de Vitoria el autor estuvo acom- pañado del bertsolari y escritor local, Rubén Sánchez. En esa cita pública Txema Arinas comentó como un tra- bajo suyo en tiempos universitarios realizado sobre la familia de judíos conversos Sánchez Bilbao, dueños de la Casa del Cordón, situada en la calle Cuchillería de Gasteiz, le sirvió de base sobre costumbres y palabras utiliza- das en el texto. A la supuesta familia de conversos de los protagonistas de la novela les pone el apellido Sánchez de Oñate. En este caso el guiño es hacía los Oñate que fueron señores, entre otras villas, de Salinillas de Buradón. El libro sorprende en su formato, a la hora el reparto de los episodios y sobre todo en la utilización de una fórmula de introducción en cada pá- rrafo “mi personaje”. Esa idea se le ocurrió tras leer Armonía Celestial del húngaro Peter Esternázy, quien uti- lizó “mi querido padre, mi querido abuelo”, como muletilla en el desa- rollo de la influencia de su familia en la Historia de Hungría. El título de Los tres nudos hace re- ferencia a los tres votos franciscanos, “obediencia, desapropio y castidad”. Esos nudos que aparecen en el palacio de la Casa del Cordón, “desde luego tres votos que mis personajes no cum- plen. Como dudo que los cumplieran aquellos que los pusieron en su facha- da”, señalaba el escritor. A lo largo del escrito aparecen re- flexiones en la mente de los protago- nista que rozan el ensayo, además de estar preñado de un humor irónico. Hablando de protagonistas le pregun- tamos por Maider, la inspectora de la policía autonómica destinada en la comisaría de Laguardia y que apare- ce en sus novelas negras Muerte entre las Viñas y En el País de los Listos. Sobre ella tiene otra novela escrita que “de momento está en el cajón. Espero que para una futura publicación”, remató Txema Arinas.