En la ruta de Títiritero 01 | Page 41

Breve historia de los teatros de papel Extracto del Libro Teatro de Papel de Lucia Contreras Flores. Editado Por Pentagraf en 2008 En la Inglaterra victoriana la distracción estaba limitada casi exclusivamente al teatro adulto. Como recordatorio y propaganda de las obras representadas, los teatros ofrecían, con el programa de mano, estampas ilustradas con los actores de moda vestidos e interpretando a sus personajes. De forma natural, esas estampas se convirtieron en objetos de deseo y colección para los jóvenes aficionados, que las guardaban e intercambiaban. Las estampas no eran gratuitas, lo que las convertía en recuerdos exclusivos para la clase media y alta. que un teatro completo costaba cuatro libras (cifra que la mayoría no conseguía ganar en meses) y que las obras valían un penique en blanco y negro y dos peniques en color, West tardó muy poco en hacerse rico ganando más de treinta libras a la semana. Los editores de medio penique En 1832, veinte años después de su misteriosa desaparición, J. K. Green regresó al mundo de los editores auto proclamándose "inventor original de las ediciones juveniles", afirmación que nadie cuestionó. Nuevos editores que pasarían a la historia como Skelt, Park y Webbs seguían buscando modelos de teatro para competir por un público que seguía siendo reducido. Una vez más, Green acertó introduciendo un nuevo formato, más pequeño y sobre todo más barato. Su éxito fue inmediato logrando atraer a sectores de la población que hasta ese momento no podían acceder al juguete de moda entre los ricos. En tono un tanto despectivo, los pequeños teatros empezaron a conocerse popularmente como de "Halfpenny editors" (editores de medio penique) y, pese a que a ellos se debe la popularidad de estos juguetes, la calidad de sus ediciones no tardó en bajar, utilizando hasta el desgaste antiguas planchas y sin ofrecer novedades a su nuevo público. Tras el fallecimiento de J. K. Green en1860, uno de sus hijos intentó seguir con el negocio, pero tras muchas dificultades la familia decidió vender su stock impreso y las planchas al que fuera agente de Green durante años, John Redington. Hasta 1876 Redington, que ya era conocido por editar retratos de los actores del "Old Brit" (nombre popular del Britannia Theatre), siguió editando diecinueve de las obras que había comprado a los herederos de Green y añadió siete nuevas adaptaciones, entre ellas Oliver Twist de Dickens. Aparece entonces en escena un joven llamado Benjamin Pollock que frecuentaba el barrio de Hoxton Old Town y más concretamente el almacén de Redington. El interés concreto que movía al joven Pollock no está muy claro. Algunas fuentes apuntan que, además de Toy Theatres, Redington Los primeros Toy Theater El interés que suscitaban hizo pensar a William West, un impresor de la época, en la posibilidad de convertir la afición de los jóvenes en un negocio, y en 1808 encargó a uno de sus aprendices, John Kilby Green, la primera producción de estampas de teatro juvenil. Las llamaron "Juvenile Theatrical Print" y en muy poco tiempo se convirtieron en uno de los juguetes de más éxito en la historia de Inglaterra. Hasta 1811 y sin ninguna competencia, West fue ampliando la colección hasta veintiséis conjuntos de personajes. Al año siguiente, el modesto aprendiz J. K. Green, viendo cómo prosperaba el negocio de su patrón, decidió probar fortuna por su cuenta creando el primer frontal o proscenio de teatro y copiando y editando las obras de su antiguo jefe. Nacía el Toy Theatre. Aceptando el hecho de que ya no estaba solo en esa industria floreciente, William West siguió adelante con su apuesta y en 1811 puso a la venta Peasant boy, la primera obra completa con escenarios, bastidores, personajes y libreto, y rebautizó el producto con el nombre que aún se sigue utilizando hoy en día: "Juvenile Drama". Por su parte, el joven Green siguió copiando las obras que West editaba pero, aunque no se conocen los motivos, desapareció del mercado dos años más tarde. West siguió durante toda su vida dedicado a los teatros de papel, pero la competencia no tardó en aparecer en un mercado exclusivo y elitista en el que había mucho dinero en juego. Teniendo en cuenta 41