EMPRESARIALIDAD Y JUVENTUD JUVENTUD | Page 6

Cuando Sofía Aparicio se enteró de que estaba embarazada a los 17 años, estaba en el primer mes de la universidad y comenzó a recibir algunas críticas de las personas. En un contexto social como el de El Salvador, la percepción respecto a una joven embarazada, desafortunadamente, no es favorable.

Sin embargo, Sofía no dejó que esto la afectara. Para ella, el embarazo fue un motor que la incentivó a ser perseverante en su vida. Decidió que no iba a ser una estadística más.

ELLA IBA A SALIR ADELANTE.

Y es así como surgió el génesis de su emprendimiento en el que con el tiempo se trasformaría en April Store. Al principio, lo primordial para ella era conseguir un trabajo. El embarazo fue un motor para ella en aquel momento. Por suerte, ella asegura que siempre tuvo el apoyo emocional de su esposo y de su familia en el proceso.

Mandó currículums en todas partes pero relata que fue difícil, no sólo por las pocas oportunidades. No cualquier trabajo le abría las puertas a una joven embarazada. Logró conseguir un trabajo de medio tiempo en una compañía de publicidad y eso le brindo cierta tranquilidad y estabilidad.

Sin embargo, con su pareja se dio cuenta que necesitaban más ayuda. Como Sofía tenía familia en San Miguel, le preguntó a su papá si le podía conseguir una entrevista de trabajo, ya que quería aportar a la casa y tener algo con que defenderse, y él le dijo que no. Cuando ella le preguntó por qué, él le contestó:

YO SÉ QUE TÚ PUEDES HACER TU PROPIA EMPRESA.

En ese instante, esta respuesta la dejó boquiabierta. Sin embargo, siguiendo el consejo de su padre, lo que Sofía hizo fue comenzar a vender pizzas a las gasolineras y sándwiches. Esto la ayudó bastante a hacerse de su propio capital y a aprender de contabilidad. “Eso me empezó a empoderar” relata.

Un día, en una experiencia freelance, Sofía se encontró a una amiga y esta le mostró el negocio de su madre. La señora era importadora de ropa interior. En cuanto nuestra invitada vio la cantidad de prendas listas para ser vendidas, sintió mariposas en el estómago.

Hizo una página llamada “My Bra” en Facebook, en una época en la que las redes sociales no eran utilizadas como herramientas para vender productos. Al día siguiente de crear esta marca, comenta que su correo estaba su correo estaba lleno. Era una cantidad enorme de gente preguntando por la locación del negocio, y tallas y colores de las prendas.

LA EMPRENDEDORA RECIBIÓ UNA GRAN RETROALIMENTACIÓN.

Al ver el nivel de interés de las personas, comenzó a organizar estos datos y siguió adelante con el negocio. Al principio fue de casa en casa. Luego, fue a los Centros Comerciales y cuenta que abría el baúl para mostrar la mercancía. Una vez, se asustó porque la policía la vio vendiendo y le dijo que no podía hacer eso.

Sofía avisó de inmediato en Facebook que iba a ir a otro lugar y todos sus clientes la siguieron. “No sé si era la necesidad de la gente de verdad de algo nuevo o el querer vivir la experiencia, pero me seguían” comenta sonriente.