El Zaraguato Septiembre-Noviembre 2016 | Page 26

No puedo dormir. No debo dormir. No quiero dormir. Esta noche acechan los demonios del olvido y yo no estoy dispuesta a olvidar.

Desayuno

Él no ha despertado. Anoche tenía fiebre y no dejo que lo tratara después de nuestra discusión, dormimos enojados, pero creo que es hora de arreglar las cosas. Un desayuno en cama bastara, después de todo no fue nada grave.
Me levanto con cuidado y voy a la cocina; preparo el café que tanto le gusta, un poco de pan francés y algo de fruta endulzada con miel, salchichas, huevos revueltos. Lo pongo todo en la bandeja y regreso al cuarto, me sorprende que el olor de la comida no lo haya despertado. Debe estar muy cansado, pero es tarde y la comida se enfría.
- ¡ Vamos cariño! Ya es de mañana. Le digo mientras corro las cortinas dejando entrar la luz del sol.
- ¿ Amor? Mmm, ni siquiera se mueve. ¿ Sigues enojado?... Pues no me importa, esto no se puede desperdiciar. A las tres quitare las cobijas y más vale que estés hambriento. Una … dos … ¡ tres! ¿ Adolfo? Cariño estas muy pálido... Adolf …
En ese momento comprendí que no tomaría el desayuno este día, ni el siguiente, ni ningún otro.
Xcan Lol Castillo.