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principalmente de jóvenes. Advierten que esta situación se ha ido acelerado y muestra un preocupante crecimiento en los últimos años. Destacan que gran cantidad de jóvenes ya no tienen contacto social y físico con sus amigos, y esto también conlleva a tener problemas, ya que las es probable que se caiga en depresión y que el número de suicidios se incremente.
Los dispositivos como los celulares pueden ser un gran factor de riesgo para otros, pues puede llegar a crearse una adicción en el uso como forma de vida, lo cual es una situación que debe de corregirse a tiempo. Por eso, investigadores señalan que afecta a la familia, a los jóvenes que pierden el contacto con ellos, por eso se habla de
desintegración.
Mencionan que los padres de familia deben asumir fuertes gastos económicos para cubrir los paquetes de los teléfonos celulares de los hijos, además de que se genera una desconexión porque el joven vive en un ambiente alejado de sus c
onsanguíneos.
Por igual, hombres y mujeres, rigen sus vidas en base al uso de estos aparatos y han perdido sensibilidad para tratar los asuntos rutinarios de una manera más humana y de cara a otras personas, comentan investigadores. Asimismo, agregan que debido al uso excesivo de celulares disminuyen las horas de sueño, por la necesidad de revisarlos cada cierto tiempo durante la noche. Ante esto, es normal una severa caída en el rendimiento académico, una alta irritabilidad la mayor parte del tiempo, alimentación escasa, y la disminución en la realización de actividad física. Los jóvenes prefieren mantener comunicación a través de smartphones con los amigos con quienes ya no desean platicar. Este tipo de conductas son una realidad preocupante.
El celular, un obstáculo para la comunicación familiar
La escena ya no es ajena para nadie: papás que, sin importar el escenario, parecen no poder evitar estar más pendientes de sus celulares que de sus propios hijos. Esta parece ser una evidencia de que las nuevas tecnologías amenazan también con fracturar las relaciones familiares.
Esa es una de las conclusiones de una reciente investigación publicada por la revista Pediatrics.
A 55 grupos familiares, los autores encontraron que casi en el 75 por ciento de los casos, los adultos utilizaban dispositivos móviles durante la comida con sus niños. El grado de interacción con los dispositivos iba desde no sacar el teléfono o ponerlo sobre la mesa (menos del 10 por ciento de los casos) hasta usarlo casi en forma constante, lo que ocurrió en 40 casos en total.
Las respuestas de los pequeños fueron variadas: aceptaban la falta de atención, se entretenían solos, jugaban con otros niños, reaccionaban con angustia o hacían una pataleta.