rrección o motivo de excelencia y emulación. Ninguno de los autores mencionados ignoraba lo sucedido en el país antes de su presencia pero lejos de aceptar el pasado como inmutable, ellos respondieron a la necesidad de aportar lo suyo como ampliación o como novedad en el sentido de ampliar las propias cualidades que surgían entre los creadores e innovadores en todo sentido. Una generación es siempre un paso adelante que puede dejar una huella firme, puede ayudar a pensar desde nuevos ángulos de visión o puede quedar encerrada en sus propias propuestas. Esta del 45, lleva la marca de la innovación y se convirtió en peldaño de superación.
El curso de la historia uruguaya trajo nuevos autores, otras líneas de investigación, otras orientaciones metodológicas y otras inspiraciones pero, es justo decir que el tiempo la convirtió a ésta del 45 en un motivo de orgullo que sigue ocupando lugar destacado en las corrientes literarias e históricas mundiales.
En lo personal y en el origen de mis estudios e integración al medio cultural de mi país conocí a la mayoría en forma personal o por medio de sus obras. Fueron colegas, profesores y amigos. Los sigo estudiando y hablando de ellos. Son parte de mi orgullo y mi preferencia por la historia me permite visualizar a la Generación del 45 como parte de la historia de la cultura uruguaya integral.
¿ Hablar de reediciones? Habría que pensar en la cultura. Hoy sería necesario un comprometido movimiento generacional para estudiar cómo transformar toda la problemática del papel y la tinta en favor de la cultura popular extrayéndola del circuito comercial. Poder se puede. Bastaría abrazar el papel de la cultura como alimento del espíritu. Como fuente de armonía y paz.
Delia Etchegoimberry Los Orientales
De todas partes vienen, sangre y coraje, para salvar su suelo los orientales; vienen de las cuchillas, con lanza y sable, entre las hierbas brotan los orientales.
Salen de los poblados, del monte salen, en cada esquina esperan los orientales.
Porque dejaron sus vidas, sus amigos y sus bienes, porque es más querida la libertad que no tienen, porque es ajena la tierra y la libertad ajena y porque siempre los pueblos saben romper sus cadenas.
Eran diez, eran veinte, eran cincuenta, eran mil, eran miles, ya no se cuentan.
Rebeldes y valientes se van marchando, las cosas que más quieren abandonando.
Como un viento que arrasa van arrasando, como un agua que limpia vienen limpiando.
Porque dejaron sus vidas... Idea Vilariño
Agosto2016
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