El Uru Revista Nº 36 | Page 21

gobernador de Cuyo “electo por el pueblo”. Cuando Buenos Aires lo declaró a Artigas su enemigo, dispuso que su ejército se dirigiese contra el caudillo; el yapeyuano pasó hacia Chile; por eso lo acusaron de “robarse el Ejército”. En 1817, hecho el cruce, Artigas hizo que se celebrara en la Liga la victoria de Chacabuco, que para él era “un triunfo de la armas de la Patria contra el poder de los tiranos”. En 1819, San Martín volvió a desobedecer al gobierno de Buenos Aires que le ordenaba marchar contra las montoneras de López, Ramírez y Bustos. Decidió comunicarse con Artigas el 14/3/819: “Paisano mío, hagamos un esfuerzo (…) y dediquémonos únicamente a la destrucción de los enemigos que quieran atacar nuestra libertad” . Con estas palabras, el victorioso en Maipú le imploró a Artigas para que depusieran sus diferencias “con tal que estuviésemos unidos”. Jesualdo subraya lo que San Martín escribió a Artigas: “siendo todos de iguales opiniones en sus principios, es decir, a la emancipación e independencia absoluta de España…debemos cortar toda diferencia”. San Martín termina: “Cada gota de sangre americana que se vierte por nuestros disgustos me llega al corazón. (…) Unámonos contra los maturrangos bajo las bases que Vd. crea y el gobierno de Buenos Aires más conveniente y después que no tengamos enemigos exteriores, sigamos la contienda con las armas en la mano (…) mi sable jamás se sacará de la vaina por opiniones políticas, como éstas no sean en contra de los españoles y su dependencia”. Artigas no llega a recibir esta carta que es interceptada por Belgrano, pero la actitud de San Martín acalora el genio de Pueyrredón, relata Jesualdo. Los dos americanos morirán en 1850. Un siglo y dos décadas más tarde, la imagen de Artigas estaba presente en los cuarteles que ordenaban la tortura en el Uruguay durante la dictadura. En paralelo, el terrorismo de estado en la Argentina también idolatró al San Martín estratega militar, defensor del orden establecido y enemigo de lo político. ¡Pero político fue su Reglamento de Comercio del Perú, casi idéntico al Reglamento Provisorio de Aranceles Aduaneros para las Provincias Confederadas de la Banda Oriental del Paraná! Allí San Martín dispuso la duplicación de los derechos de importación sobre los artículos que pudieran competir con los del país y eliminó aduanas interiores. Ya Artigas había regulado el comercio exterior de la Liga mediante aranceles con tarifas diferenciales que aspiraban a favorecer la introducción en todas las provincias federales de los productos americanos frente a los extranjeros, y ordenaba la existencia de “productos libres” de pagar derechos si las mercaderías que pujaban por ingresar al Sistema de los Pueblos Libres favorecían a la educación o a la industria. Así, el artiguismo eliminaba el pago de tasas interprovinciales, fijando la unión aduanera de las provincias y el ansiado fomento de la exportación y de la producción federal propiciando la defensa de las autonomías de los puertos provinciales y la consiguiente organización de un mercado común regional. Docente, periodista e historiador, Eduardo Nocera (Buenos Aires, 1973) es Profesor de Historia Argentina en la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) y Profesor de Historia Regional Argentina en la Universidad Nacional de las Artes (UNA). Es miembro del colectivo IIDEART, Instituto del Ideario Artiguista. Pag 21