LUIS BATLLE Y PERON
LOS DESENCUENTROS ENTRE LOS GOBIERNOS DE ARGENTINA Y URUGUAY NO SON DE AHORA, EXISTEN DESDE LA COLONIA. ES BUENO CONOCER ALGUNA DE ESAS HISTORIAS PARA NO PERDER DE VISTA QUE
SOMOS PUEBLOS HERMANOS Y TENEMOS UN DESTINO COMUN.
LUIS BATLLE PRESIDENTE
El 1º de marzo de 1947 asumió la Presidencia del Uruguay Tomás Berreta, fallece al poco tiempo. Asume el vicepresidente
Luis Batlle Berres que fue el continuador del
“inquietismo” progresista de su tío y padre
postizo Don José Batlle y Ordoñez. Era un
caudillo popular, de gran arraigo entre los
trabajadores y tenía fuertes convicciones.
En el orden económico, la industrialización
del país era su objetivo básico, con el agro
como base de la misma. Cerró la economía
con medidas proteccionistas, cuidó el poder
adquisitivo del salario y concibió al estado
como un aparato fuertemente intervencionista. Pese a ello en política internacional
fue un aliado permanente de los EEUU.
Luis Batlle Berres mantuvo siempre una
posición ácidamente crítica hacia la experiencia peronista. Puede llamar la atención
semejante hostilidad, dadas las similitudes
que en el plano económico y social mantenían ambos gobiernos. Pero “Luisito” era un
demócrata cabal y no comulgaba con las
formas de ejercer el poder de Perón y desde
radio Ariel fustigaba permanentemente sus
políticas.
En los primeros tiempos de su presidencia hubo intentos de aproximación con Perón y un encuentro presidencial el 27 de fe-
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brero de 1948 en el Río de la Plata cerca de
Carmelo en un yate llamado “Tacuara”.
Perón hace una relación de esa entrevista en su libro “La fuerza el derecho de las
bestias” Escribió Perón: “Yo nunca he sentido sino afecto hacia ese pequeño país tan
vinculado al nuestro por lazos de sangre; tal
es así que una de mis abuelas era uruguaya… Pero de un tiempo a esta parte, sus
gobiernos se han puesto insoportables por
su mala educación y sus malas costumbres.
“Cuando en 1946 me hice cargo del gobierno, el presidente Batlle Berres, me pidió
una entrevista que dispuso fuera en el Río
de la Plata donde nos encontraríamos el día
y la hora que él también dispuso. Yo creí
que con tanta exigencia, nos iría a dar algo,
pero no fue así… La entrevista fue relativamente cordial… Después fuimos al asunto.
Se trataba que el gobierno argentino permitiera pasar al Uruguay ganado sin cobrar en
dólares y se hiciera una política cambiaria
que permitiera a los argentinos ir a veranear
a Montevideo. Con referencia al ganado…
tratando de tener un gesto amistoso con
el Uruguay accedimos… Prometimos ocuparnos de favorecer el turismo argentino a
Montevideo en lo que nos fuera posible, sin
perjudicar nuestros balnearios. Estábamos
lejos de imaginar lo que ocurriría después”.
“Resultó que, quebrantando su palabra,
el presidente Batlle Berres, con alguno de
sus allegados, había realizado un negociado con las cuarenta mil cabezas de ganado, pedidas en nombre de su pueblo (serían empleadas en el consumo y no en la
exportación). Las habían hecho faenar en el
Frigorífico Nacional y las habían exportado
en competencia con nuestras carnes, lo que
trajo una disminución de los precios. Hicimos saber ese hecho a la embajada y como
era natural no recibimos ni contestación…
Concluía Perón con su clásica picardía ”La
buena vecindad la entienden siempre
que nosotros seamos los buenos y ellos
los vecinos”.
“La República Argentina compraba toda
la arena para construcciones en Carmelo,
favoreciendo así a numerosos areneros y al
intercambio comercial entre los dos países.
Mi acuerdo fijaba que ese intercambio se
produciría siempre por créditos recíprocos,
a cubrir siempre por mercaderías. En el año
49 terminó el convenio y el Banco Central
fue condenado a pagar en cuarenta y ocho
horas el saldo, que importaba unos tres millones de dólares… Pero bien valía la experiencia. Nosotros no pedíamos, ni queríamos seguir pagando la arena en dólares. Se
organizaron las compañías areneras argentinas y hoy 150 barcos y casi 10000 obreros
argentinos viven de esa actividad. Uruguay
ha perdido definitivamente el mercado. Tan
pronto eso sucedió, arreció la campaña radial y publicitaria contra nuestro gobierno”.
El Profesor Lincoln Maiztegui Casas, de
quién tomamos gran parte de toda esta información, en su obra “Orient