El Uru Revista Nº 30 | Page 24

LUIS BATLLE Y PERON LOS DESENCUENTROS ENTRE LOS GOBIERNOS DE ARGENTINA Y URUGUAY NO SON DE AHORA, EXISTEN DESDE LA COLONIA. ES BUENO CONOCER ALGUNA DE ESAS HISTORIAS PARA NO PERDER DE VISTA QUE SOMOS PUEBLOS HERMANOS Y TENEMOS UN DESTINO COMUN. LUIS BATLLE PRESIDENTE El 1º de marzo de 1947 asumió la Presidencia del Uruguay Tomás Berreta, fallece al poco tiempo. Asume el vicepresidente Luis Batlle Berres que fue el continuador del “inquietismo” progresista de su tío y padre postizo Don José Batlle y Ordoñez. Era un caudillo popular, de gran arraigo entre los trabajadores y tenía fuertes convicciones. En el orden económico, la industrialización del país era su objetivo básico, con el agro como base de la misma. Cerró la economía con medidas proteccionistas, cuidó el poder adquisitivo del salario y concibió al estado como un aparato fuertemente intervencionista. Pese a ello en política internacional fue un aliado permanente de los EEUU. Luis Batlle Berres mantuvo siempre una posición ácidamente crítica hacia la experiencia peronista. Puede llamar la atención semejante hostilidad, dadas las similitudes que en el plano económico y social mantenían ambos gobiernos. Pero “Luisito” era un demócrata cabal y no comulgaba con las formas de ejercer el poder de Perón y desde radio Ariel fustigaba permanentemente sus políticas. En los primeros tiempos de su presidencia hubo intentos de aproximación con Perón y un encuentro presidencial el 27 de fe- Pag 24 brero de 1948 en el Río de la Plata cerca de Carmelo en un yate llamado “Tacuara”. Perón hace una relación de esa entrevista en su libro “La fuerza el derecho de las bestias” Escribió Perón: “Yo nunca he sentido sino afecto hacia ese pequeño país tan vinculado al nuestro por lazos de sangre; tal es así que una de mis abuelas era uruguaya… Pero de un tiempo a esta parte, sus gobiernos se han puesto insoportables por su mala educación y sus malas costumbres. “Cuando en 1946 me hice cargo del gobierno, el presidente Batlle Berres, me pidió una entrevista que dispuso fuera en el Río de la Plata donde nos encontraríamos el día y la hora que él también dispuso. Yo creí que con tanta exigencia, nos iría a dar algo, pero no fue así… La entrevista fue relativamente cordial… Después fuimos al asunto. Se trataba que el gobierno argentino permitiera pasar al Uruguay ganado sin cobrar en dólares y se hiciera una política cambiaria que permitiera a los argentinos ir a veranear a Montevideo. Con referencia al ganado… tratando de tener un gesto amistoso con el Uruguay accedimos… Prometimos ocuparnos de favorecer el turismo argentino a Montevideo en lo que nos fuera posible, sin perjudicar nuestros balnearios. Estábamos lejos de imaginar lo que ocurriría después”. “Resultó que, quebrantando su palabra, el presidente Batlle Berres, con alguno de sus allegados, había realizado un negociado con las cuarenta mil cabezas de ganado, pedidas en nombre de su pueblo (serían empleadas en el consumo y no en la exportación). Las habían hecho faenar en el Frigorífico Nacional y las habían exportado en competencia con nuestras carnes, lo que trajo una disminución de los precios. Hicimos saber ese hecho a la embajada y como era natural no recibimos ni contestación… Concluía Perón con su clásica picardía ”La buena vecindad la entienden siempre que nosotros seamos los buenos y ellos los vecinos”. “La República Argentina compraba toda la arena para construcciones en Carmelo, favoreciendo así a numerosos areneros y al intercambio comercial entre los dos países. Mi acuerdo fijaba que ese intercambio se produciría siempre por créditos recíprocos, a cubrir siempre por mercaderías. En el año 49 terminó el convenio y el Banco Central fue condenado a pagar en cuarenta y ocho horas el saldo, que importaba unos tres millones de dólares… Pero bien valía la experiencia. Nosotros no pedíamos, ni queríamos seguir pagando la arena en dólares. Se organizaron las compañías areneras argentinas y hoy 150 barcos y casi 10000 obreros argentinos viven de esa actividad. Uruguay ha perdido definitivamente el mercado. Tan pronto eso sucedió, arreció la campaña radial y publicitaria contra nuestro gobierno”. El Profesor Lincoln Maiztegui Casas, de quién tomamos gran parte de toda esta información, en su obra “Orient