En este caso los iguales eran los estados
en incipiente formación que, como el nuestro,
surgían de las luchas por la independencia.
Cada uno llegó a ese momento de integración
internacional cuando a su vez logró el acuerdo
de sus integrantes y mediante Asambleas
constituyentes logró poner a consideración de
los habitantes aquellas normas políticas que
los convertiría en ciudadanos.
Nuestra primera Constitución estuvo
vigente hasta 1918. Por esos ochenta y ocho
años es la más larga que tuvo el país. Pero
sería una manera equívoca de ver la historia
sólo con el valor de los años transcurridos. Si
no encontráramos algo más que su expresa
duración para destacar, la historia estaría
vacía de sentido. Pero también si en un breve
período tenemos que señalar
hechos
destacables, sorprendentes, apasionantes,
sería una injusticia no tenerlos en cuenta en
razón de su escasa duración o del breve
tiempo en que tuvieron vigencia y aún si no
hubo tiempo para su aplicación a pesar de su
valor.
Pensemos por un momento en el Gobierno
Económico de abril de 1813, creado el día 20,
seis días después del voto de las 20
Instrucciones. Hay que pensarlo recordando la
intensidad ideológica del contenido de las
Instrucciones donde se da cabida a tan
diversos e importantes temas. Nada menos
que temas referidos a la organización integral
de un territorio que nunca había recibido una
atención individualizada que trascendiera la
organización común heredada del Virreinato y
que apenas estaba apuntando la de las
Provincias Unidas.
Además recordar que la naciente
Provincia Oriental no contaba con cientos de
pensadores preparados para elaborar planes
de
administración
territorial,
administrativa, defensiva, autonómica, etc.
¿Cuántos serían además de Artigas, sus
secretarios y en alguna medida, algunos
montevideanos, algunos lugartenientes? ¿No
sabemos acaso que los interlocutores de
Artigas, aquellos a los cuales dirigió sus
comunicaciones eran algunos destacados
dirigentes provinciales, Intendentes o
Gobernadores en los que buscaba encontrar
los mismos intereses, la misma devoción, la
esperanza de que también se jugaran la vida
por el bien de los demás?