A través de su voto, cada ciudadano
formaliza su pertenencia a la comunidad
nacional y a su vez es reconocido como tal en un
plano de igualdad. Por todo ello, anhelamos
simplemente que nuestros derechos cívicos sean
reconocidos e implementadas las modalidades
prácticas necesarias para ejercerlos. Queremos
poder elegir y ser representados en el marco de
un principio democrático básico: 1 voz =1 voto.
El derecho de todo ciudadano uruguayo
radicado en el exterior al ejercicio del voto en
su lugar de residencia, ha sido reafirmado
recientemente por los Consejos Consultivos
reunidos en el IV Encuentro Mundial de
noviembre del 2011. Recordamos que la
Constitución de la Republica estipula : “Todo
ciudadano es miembro de la soberanía de la
Nación, como tal, es elector en los casos y
formas que se designarán” (Artículo 77 de la
Constitución). La ciudadanía no se suspende
por residir en el extranjero (Articulo 81). Para
decirlo de otro modo, somos “todos orientales”,
en la expresión de José Batlle y Ordóñez.
Aceptamos plenamente el veredicto popular
de 2009 y su rechazo del voto epistolar, pero
entendemos
que
sigue
pendiente
el
reconocimiento de los derechos cívicos y
políticos de los Uruguayos del Exterior. Lo
percibimos como una causa nacional, en un
enfoque pragmático, pluri-partidario y multiactores.
Llamamos a la constitución de una ronda
cívica deliberativa, que reúna, en torno a una
hoja de ruta concreta y
consensuada,
legisladores, sociedad civil organizada en el
exterior y todas las partes involucradas.
Ofreciendo nuestro pleno apoyo, instamos a
los miembros de la Comisión de Asuntos
internacionales del Parlamento, a los cuales
saludamos fraternalmente, a implementar
rápidamente esta iniciativa. Este espacio
permitiría deliberar en el correr del 2012 sobre
opciones relativas al ejercicio del voto,
atendiendo distintas iniciativas expuestas
oportunamente desde el ámbito político y desde
la sociedad civil ; exponer problemas y
consensuar soluciones legislativas satisfactorias
en el marco del interés general para lograr la
institucionalización de ese ejercicio ciudadano
con la creación del Distrito Electoral del
Exterior y su modalidad electoral y
representativa.
La
ciudadanía
del
exterior
es
potencialmente vector de desarrollo y aporta
nuevos componentes para ampliar la
democracia: ahora es el momento de avanzar
juntos en estos caminos.
Abril 2012
Esta carta está firmada por las
siguientes organizaciones y de
compatriotas en forma individual
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