EL TINTERO DE ORO MAGAZINE Nº 4 EL TINTERO DE ORO MAGAZINE Nº 4 | Page 80

El aeropuerto ruge en sordina como los true- nos lejanos. Casi se alegra de estar solo. Los que esperan en compañía se alimentan mutua-mente la angustia y el temor. «¿Se sabe algo más? ¿Hubo otro aviso? Por radio dicen que cayó un avión que venía de la cordillera…» Tiene ganas de gritar: «¡Cállense!». Piensa que sería mejor el silencio, pero siente que todo eso también está dentro de él; su hija, su chiquita, ¿dónde?, ¿cómo está? No puede hacerse la última pregunta: «¿Volveré a verla?» Por el altoparlante suena su nombre llamán- dolo a «Informes». Corre como si se le escaparan y, ¡allí esta su niña! Se abrazan llorando. Salen mientras ella dice: —Perdí el avión, pero no pude avisarte. Vine en ómnibus y en auto hasta aquí, porque sabía que estabas esperando. Llega un viento que lo barre todo. Asoma un rayo de luz. Y, entonces, sonríe. 80