EL TINTERO DE ORO MAGAZINE Nº 4 EL TINTERO DE ORO MAGAZINE Nº 4 | Page 48

unas veces a la más alta azotea de la ciudad, al campanario de cualquier iglesia olvidada y ya sin nombre otras, cruzo los dedos, libero en un suspiro la ansiedad atrapada en mis pulmones, me asomo retador al vacío y, olvidado un instante de mi esencia inmortal —eterno hombre de acero— con conmovedora ingenuidad, mur- muro: «tal vez hoy...». Cierro los ojos, en un bre- ve latido de esperanza ofrezco mi cuerpo al abismo y, entonces sonrío. 48