EL TINTERO DE ORO MAGAZINE Nº 4 EL TINTERO DE ORO MAGAZINE Nº 4 | Page 106
...—Pues eso es justo de lo que deseo hablar —
dije, mientras sacaba una fotografía y la dejaba
sobre la mesita de caoba que nos separaba.
...Lennerman la observó y arqueó las cejas, so-
rprendido. Una copia de sí mismo y la mujer
desnuda nos miraban indignados desde un lecho
revuelto. A pesar de ser una instantánea mal to-
mada ella no perdía ni un ápice de belleza.
...—¿Cómo la ha conseguido? —preguntó él, ta-
jante.
...—Tengo mis medios.
...Una sonrisa lobuna cruzó sus facciones. No
me gustó nada.
...—¡Ya comprendo! —exclamó—. ¡Usted era el
fotógrafo pervertido!
...Intenté parecer impávido. Yo no era esa clase
de hombres. Pero me había llegado un soplo y
acudí, buscando una exclusiva que acabó siendo
mucho más. Nunca imaginé que me toparía con
la dolida viuda de Richard Hansen, el magnate
del petróleo más rico de Estados Unidos, reto-
zando en la cama con Lennerman, el gigoló.
...¡Bam!
...—Un millón de dólares —solté, serio.
...—¿Perdón?
...—Es el precio de mi silencio por no publicar la
fotografía, tomada la misma tarde en la que
Hansen fue enterrado.
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