El sueño de una sombra PREVIA | Page 16

16 Alexandra Di Stefano Pironti
El piso donde vivíamos se había convertido en una trinchera entre mi mundo interior y el dolor que , desde muy pequeña , ya me causaba la vida . Era un entorno mágico de muebles y objetos antiguos a los que yo estaba muy apegada , porque avivaban mi imaginación y formaban parte de mis juegos solitarios ; particularmente , un arcón , donde Mamá Julia guardaba lo que para mí eran grandes tesoros . De ahí sacaba un sombrero negro de terciopelo , el cual tenía un pequeño velo con lunares que me tapaba hasta la mitad de la cara ; me pasaba al menos un cuarto de hora delante del espejo solo para colocarme el sombrero a mi gusto . Luego , volvía al arcón fantástico en busca de un manguito de piel marrón por el que deslizaba mis manitas y entonces sentía dentro de mí la elegancia de esa prenda que , antiguamente , era muy utilizada para cubrirse las manos del frío . Vestida así , me iba frente al retrato de esa bellísima mujer que Papá Eliseo pintó en un invierno en Nueva York a principios de 1900 , con un sombrero y un manguito igual que el mío , y observaba el cuadro con una profunda atención para ver si había algún parecido entre esa desconocida y yo . Algunas veces cogía del cajón una mantilla negra y me cubría la cabeza ; quería ser santa Rosa de Lima , ya que había visto una película inspirada en su vida y , durante un tiempo , me dio la idea de que , poniendo cara de buena , como la de la actriz que la interpretaba , podría ser una fantástica monja . En cambio , otras veces me vestía con una enagua bordada de mamá y una boquilla negra y blanca que le cogía a Sibila y decidía entonces que quería ser como Édith Piaf , la cantante francesa más famosa de todos los tiempos que , en muchas ocasiones , escuchaba en los discos que ponía mi madre . Mi interés por la ropa en esa época y por el amaneramiento que se apoderaba de mí tan pronto me disfrazaba le encantaba a Mamá Julia .