EL SEÑOR DE LAS SOMBRAS (Biografía no autorizada de Alvaro Uribe) 1 | Page 45
Autodefensas”. “Se trata de unas cooperativas donde los
ciudadanos colaboraban de manera organizada con las fuerzas
armadas, suministrando información y en algunos casos portando
armas amparadas para su defensa personal”. Y luego insiste
sutilmente en lo que es, en últimas, la razón de ser de su libro: los
paramilitares no son el narcotráfico. Aquí está dicho de gruesa
manera: “Como gobernador de Antioquia, Uribe Vélez logró sacar
adelante 59 cooperativas de seguridad con las cuales nunca
estuve de acuerdo. No voy a negar que a las Autodefensas les
sirvió, pero no tanto se avanzó con ellas. Quienes las
aprovecharon fueron los narcotraficantes, que se dedicaron a
montar pequeñas Convivir en sus fincas. Era habitual ver cinco
camionetas Toyota, con un 'narco' adentro escoltado de manera
impresionante y sus guardaespaldas portando armas amparadas
por el Estado. Uribe defendió las Convivir en forma honesta,
porque él no veía más allá de los municipios cercanos al
departamento de Antioquia. Allí la gente de bien les dio correcto
uso, lo que validó en parte su propuesta. Pero con los 'narcos'
sueltos era muy peligroso abrir ese camino, por esto siempre me
opuse”.
¿Están hoy los narcos amarrados? Por lo menos los vinculados a
los grupos paramilitares están sueltos y armados. Nadie en
Colombia, salvo Castaño, niega que los dos grupos sean uno solo.
El primero tiene su origen en el MAS (Muerte A Secuestradores),
que se fundó en Cali el 3 de diciembre de 1981. En el libro
“Narcotráfico en Colombia” (Bogotá, 1991), se relatan los
primeros pasos de esa nueva organización criminal.
"El MAS fue el resultado de una reunión sostenida entre 223 jefes
del narcotráfico, en el cual cada uno se comprometió a colocar 10
hombres armados y dos millones de pesos para la 'empresa'. De
esta forma el MAS inició su actividad delictiva con 2.230 hombres
armados y un capital de 446 millones de pesos. De igual manera,
hicieron saber que otorgarían recompensas a quienes delataran a
los secuestradores; y, efectivamente, el 12 de enero de 1982 el
MAS divulgaba radialmente desde Medellín su oferta de
recompensar con 25 millones de pesos a quien diera información
sobre una mujer presuntamente secuestrada por el M-19".
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