EL SEÑOR DE LAS MOSCAS | Page 90

Los gestos de Piggy cesaron ante la voz ahogada y dolorida de Ralph. Se agachó y esperó. Ralph se balanceaba de un lado a otro meciendo la caracola. - ¿Es que no lo entiendes, Piggy? Las cosas que hicimos... - A lo mejor todavía está... - No. - A lo mejor sólo fingía... La voz de Piggy se apagó al ver el rostro de Ralph. - Tú estabas fuera. Estabas fuera del círculo. Nunca llegaste a entrar. ¿Pero no viste lo que nosotros... lo que hicieron? Había horror en su voz y a la vez una especie de febril excitación. - ¿No lo viste, Piggy? - No muy bien, Ralph. Ahora sólo tengo un ojo; lo debías saber ya, Ralph. Ralph siguió balanceándose de un lado a otro. - Fue un accidente - dijo Piggy bruscamente -; eso es lo que fue, un accidente. Su voz volvió a elevarse. - Saliendo así de la oscuridad..., ¿a quién se le ocurre salir arrastrándose así de la oscuridad? Estaba chiflado. El mismo se lo buscó. Volvió a hacer grandes gestos. - Fue un accidente. - Tú no viste lo que hicieron... - Mira, Ralph, hay que olvidar eso. No nos va a servir de nada pensar en esas cosas, ¿entiendes? - Estoy aterrado. De nosotros. Quiero irme a casa. ¡Quiero irme a mi casa! - Fue un accidente - dijo Piggy con obstinación -, y nada más. Tocó el hombro desnudo de Ralph y Ralph tembló ante aquel contacto humano. - Y escucha, Ralph - Piggy lanzó una rápida mirada en torno suyo y después se le acercó -...no les digas que estábamos también en esa danza. No se lo digas a Samyeric. - ¡Pero estábamos allí! ¡Estábamos todos! Piggy movió la cabeza. - Nosotros no nos quedamos hasta el final. Y como estaba todo oscuro, nadie se fijaría. Además, tú mismo has dicho que yo estaba fuera... - Y yo también - murmuró Ralph -. Yo también estaba fuera. Piggy asintió con ansiedad. - Eso. Estábamos fuera. No hemos hecho nada; no hemos visto nada. Calló un momento y después continuó: - Nos iremos a vivir por nuestra cuenta, nosotros cuatro... - Nosotros cuatro. No vamos a ser bastantes para tener encendida la hoguera. - Lo podemos intentar. ¿Ves? La encendí yo. Llegaron del bosque Samyeric arrastrando un gran tronco. Lo tiraron junto al fuego y se dirigieron a la poza. Ralph se puso en pie de un salto. - ¡Eh, vosotros dos! Los mellizos se detuvieron unos instantes y después siguieron adelante. - Se van a bañar, Ralph. - Será mejor acabar con ello de una vez. Los mellizos se sorprendieron al ver a Ralph. Se sonrojaron, sin atreverse a mirarle. - Ah, ¿eres tú, Ralph? Hola. - Hemos estado en el bosque... -...cogiendo leña para la hoguera... -...anoche nos perdimos. Ralph se miró a los pies: - Os perdisteis después de... Piggy limpió su lente. - Después de la fiesta - dijo Sam con voz apagada. Eric asintió: - Sí, después de la fiesta.