Andrea Victoria Cano
Mediante esa disciplina conseguimos una responsabilidad de sí mismos, nos descontaminamos del comunismo masa anarquista desvirtuante, de un caos innecesario que no permite que nos orientemos, haciendo que estemos dando vueltas en la personalidad psicológica si vocación de servicio, personalista, envilecida, que puede manifestarse en diferentes formas, pero irrelevantes definitivamente a la hora de asumir compromisos y responsabilidades, que es la parte espiritual del individuo, que debe condicionar sus acciones, pues su Voluntad lo es todo, y esa voluntad hace de esos hombres guerreros, seres excelsos, que proyectan la integridad en todo momento.
El proyectar una actitud de constante desafío frente al cautiverio en el que nos encontramos, ser poseedores de la hostilidad esencial hacía este mundo de ilusión, que nos controla por medio del temor y la docilidad, finalmente nos impulsará a ser ese Súper Hombre; que no concibe la rendición bajo ningún parámetro; un viejo proverbio chino dice:“ que el valiente no es aquel que no teme, sino el que ha vencido su miedo”, Gengis Khan dejo de temerle a los rayos, cuando se dio cuenta que no había donde esconderse.
En conclusión, se debe despertar ese recuerdo de sangre, esa manifestación pura e increada, cuya acción esté acorde con nuestras virtudes, acorde a nuestro Yo volitivo, dejando de lado lo anímico, la laxitud, la conformidad, la mediocridad. Todos los jóvenes sentirán ese llamado y fortalecerán tanto su cuerpo como su mente, para afrontar con HONOR el fin de la historia que se aproxima.
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