El Rubí de la Corona May,2014 | Page 6

INVESTIGACIÓN: ¿RUBÍ O ESPINELA?. El auténtico valor de una joya enigmática El denominado rubí de la corona imperial británica es una joya que ha “engañado” a sus poseedores durante años. Su valor económico no es tan alto como se pensaba En los grandes fastos del imperio británico, la reina Isabel II luce la corona imperial, en la que llama la atención en su centro el destello de un enorme rubí color sangre, del tamaño del huevo de una paloma. Se trata de una joya que fue sacada del tesoro real de la Alhambra de Granada en 1362 y que llegó unos años después a manos inglesas. Hoy conocemos, por los últimos estudios, que su origen más probable se halla en las minas de Mianmar, o quizás Tailandia. Fue el monarca Pedro I de Castilla quien se la regaló al Príncipe de Gales, Eduardo de Plantagenet, más conocido por el Príncipe Negro por ayudarle en la batalla de Nájera (La Rioja). Pedro I no pudo recompensarles con más botín que unas cuantas joyas personales. Entre ellas iba el rubí…. Esa joya en realidad no es un rubí, sino una espinela. El rubí tiene como característica principal un intenso y brillante color rojo que su propio nombre indica. Por su parte, las espinelas pueden tener varios colores, del blanco al azul, pasando por el verde, aunque la más apreciada es la piedra de color rojo. No es raro que, a la luz del día, una espinela roja de calidad supere en belleza a los propios rubíes, que aparecen más violáceos. Para disntinguir ambas piedras preciosas, hay que recurrir a la luz artificial, bajo la cual los rubís recobran su esplendor, mientras que las espinelas se muestran más apagadas y más parecidas a los granates. No es de extrañar entonces que durante siglos se confundió la espinela de la corona imperial británica. Un rubí rojo comparado con la gran espinela roja de la corona inglesa La monarquía inglesa siempre ha manifestado una gran inclinación por la ostentación de joyas. Las gemas o piedras preciosas son rocas o minerales al ser cortados y pulidos se pueden usar en la confección de joyas u objetos artísticos. Siempre han sido muy valiosas por su escasez, su durabilidad, su belleza y su perfección. Cuando hablamos de la belleza y perfección de una piedra, ya sea preciosa o semipreciosa, nos referimos a su color, brillo, transparencia y pureza. 6