El Rincon Futbolero | Page 14

Nadie sabe que messi fue un niño desnutrido.

Hijo de Jorge Messi y de Celia Cuccittini, nació en la Clínica Italiana de Rosario, Argentina. Con apenas cinco años, Lionel Messi dio sus primeros pasos en Grandoli, un club de barrio a pocas manzanas de su casa, al sur de la ciudad argentina de Rosario. Todo comenzó de la mano de su abuela materna, Celia, un referente muy fuerte para Leo. La abuela siempre llevaba a los hermanos a entrenarse al potrero, y el pequeño Messi se colgaba de su brazo y los acompañaba. Fue así como un día, Aparicio, técnico del club, estaba formando un equipo con niños mayores que él pero le faltaba uno; así que Celia lo alentó para que pusiese a su nieto. Era muy chiquito pero Leo "agarró la pelota, la paró, y salió gambeteando" según el propio Aparicio se quedó asombrado "pasaba los gambeteos a todos, y yo le decía patéala! patéala!". Aparicio además de ser el primer entrenador y descubridor de Messi, fue el primero que le bautizó como "La Pulga" antes de que el apodo se hiciese mediático, por lo pequeñito que era y la forma de jugar que tiene.

Dos años más tarde comenzó a entrenarse en las divisiones inferiores de Newell's Old Boys, donde jugó hasta 2000. Leo lideró el mejor equipo de las categorías inferiores del club rosarino: "La Máquina del 87". Enrique Domínguez, quien fue su entrenador, declaró tiempo después: "lo dirigí en 1999, pero lo conocía desde la escuela de fútbol, cuando él tenía siete u ocho años. Y con la pelota el pibe hacía cosas en contra de la física. Al único que le vi realizar jugadas así fue a Maradona".

A los once años fue rechazado en River Plate, pese a que deslumbró a los técnicos, ya que se le detectó una enfermedad hormonal que afectaba su crecimiento y cuyo tratamiento costaba 900 dólares mensuales por tres años. Durante un año y medio, la obra social de la empresa en la que su padre trabajaba ayudó a solventar los gastos, aunque luego el panorama económico se complicó. Con trece años, Lionel Messi fue a probarse al FC Barcelona, bajo la mirada de Carles Rexach. Allí generó una gran impresión jugando con niños dos años mayores que él, a pesar de sus problemas de crecimiento y la importante diferencia física que a esa edad esto supone. El club catalán se ofreció entonces a pagar los costosos tratamientos a base de hormonas de crecimiento y el jugador rápidamente comenzó a destacar en la liga infantil con la camiseta de uno de los grandes de Europa. Este es el comienzo de una historia de esfuerzo y sacrificio, tanto personal como familiar.