El poder del pasado TEASER | Page 18

18 Carmen Galvañ Bernabé
pequeño y dulce que temía golpear con fuerza cada tecla por miedo a tronchar mis cuerdas , pero por más que desee averiguar cuándo se apoderó de él la soberbia , no puedo más que recordar que un día dejé de ser su mejor amigo y con arrogante brutalidad cubrió mis teclas . Yo ya era un viejo recuerdo de su niñez ; ahora había otros mejores que yo , los cuales se arrodillaban a sus pies para poder ser solamente acariciados por sus manos . Cualquier artesano o lutier deseaba que él diera vida a sus pianos .
Quedé arrumbado en una pequeña habitación , cubierto de polvo ; escuchaba los cantos de los pájaros a través de la ventana que me hacía llegar la luz de cada estación . El otoño y la primavera cubrían de una brillante luz mi negro cuerpo y el invierno y el verano esculpían en el suelo la sombra de un ser olvidado . Ya nadie suspiraba por mí .
Durante cinco largos años nadie recordó mi existencia , hasta que una tarde fría y húmeda hizo que la vieja y carcomida estantería que reposaba a mi lado cayera sobre mí , provocando un desagradable estruendo al saltar mis teclas de su lugar ; muchas de ellas se partieron y mi cuerpo quedó gravemente fracturado . En ese instante solo pude pensar que mi final había llegado , que acabaría roto en piezas como una cosa insignificante e inservible ; sin embargo , el verme tan malogrado acongojó a mi amigo y tuve la suerte de comprobar que el gran compositor seguía teniendo corazón , que sus versos musicales no eran los de un hombre vacío de sentimientos .
Transcurrieron seis meses de intenso trabajo en los cuales cientos de lutieres consiguieron que volviera a lucir como veinte años atrás . Mis notas entonaban de nuevo cálidas y melancólicas melodías .
A partir de ese momento no se olvidó completamente de mí y al menos cuando la nostalgia le abrumaba venía a buscarme .