Consecuencias
El gobierno reconoció su derrota en las urnas y, conforme a la norma vigesimanovena transitoria de la Constitución, se prorrogó de pleno derecho el periodo presidencial de Augusto Pinochet por un año más –hasta el 11 de marzo de 1990–, para los efectos de la convocatoria a elecciones democráticas, de presidente y parlamentarios, al año siguiente.
Tras el triunfo del «No» en el plebiscito, la Concertación propició una reforma constitucional, que permitiera una «transición consensual a la democracia» y superar el debate sobre la legitimidad de la Constitución, realizándola conforme al mecanismo contenido en ella, que implicaba, dentro de dicho periodo transitorio, ser ratificada en un plebiscito. En definitiva, tras un acuerdo entre gobierno y oposición, se realizó una reforma sometida a un plebiscito, que se llevó a cabo el domingo 30 de julio de 1989.
En diciembre del mismo año se realizaron las elecciones presidencial y parlamentaria, donde fue electo como presidente de la República Patricio Aylwin, con quien se inició el periodo de la historia de Chile conocido como transición a la democracia.