El Observatorio Uruguayo setiembre ELOBSERVATORIO Setiembre 2018 | Page 24

24 ED U CACIÓ N I NCLU S I VA Educación inclusiva en la Udelar: una cuestión de derecho Una de las mayores preocupaciones del Espacio es generar instancias de intercambio entre estudiantes y docentes para generar estrategias de inclusión educativa respetando las particula- ridades y singularidades de cada estudiante y en acuerdo a la especificidad de cada asignatura. En este sentido, la Dra. María Noel Míguez, coordinadora del Grupo de Estudios sobre Disca- pacidad de la Facultad de Ciencias Sociales, afirmó en Entrevistas que cuando se habla de inclusión implica “generar los espacios institucionales y organizacionales a nivel educativo para recibir a la diversidad”. Si bien afirma que se ha avanzado en la materia, considera que dentro de la UdelaR es necesaria una política institucional que parta desde Rectorado y que abarque a la Universidad en su conjunto. La realidad descrita ha motivado que desde la Unidad de Asesoramiento y Evaluación (UAE), junto con el Grupo de Estudios sobre Discapacidad de la Facultad de Ciencias So- ciales (FCS) de la Universidad de la República (Udelar) y la fundación Bensadoun Lau- rent (organización sin fines de lucro que trabaja en pos de la inclusión social de las perso- nas en situación de discapacidad), se desarrollen espacios de reflexión e intercambio que propicien estrategias de abordaje a estudiantes de la Udelar en situación de discapacidad. La educación inclusiva garantiza la enseñanza y potencia aprendizajes a todo el es- tudiantado, más allá de las condiciones individuales, mediante el respeto a las di- ferencias y el reconocimiento de la diversidad de las poblaciones estudiantiles. Se promueve el derecho de todas las personas, por su sola condición de tal, de acceder a la educación y configurar una trayectoria educativa que potencie y respete su singularidad. La inclusión en el ámbito educativo (hoy hablamos de discapacidad, pero no sólo a ello nos re- ferimos) fortalece los procesos de democratización de la educación pública y, particularmente en este caso, democratiza el acceso a la Udelar. La Udelar (así como el resto de los espa- cios educativos) no puede permitirse perderse personas con mucho potencial, muchos “talen- tos”. Ese “perderse” está sostenido por mitos en torno a la discapacidad que parten de un “no puede”, creencias de que las adaptaciones o ajustes razonables son muy costosos, etcétera. El Observatorio Uruguayo | setiembre 2018 25 El derecho a la educación está plasmado en distintas normativas, como el artícu- lo 8º de la Ley General de Educación (18.437) y el artículo 40 de la Ley de Pro- tección Integral para las Personas con Discapacidad (18.651), y en la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, que Uruguay ratificó en 2008. Los marcos normativos habilitan y potencian las estrategias de inclusión, la construcción y pos- terior presentación en marzo de 2017 del Protocolo de actuación para la inclusión de personas con discapacidad en centros educativos, realizado por la Comisión Honoraria para la Continuidad Educativa y Socioprofesional del Ministerio de Educación y Cultura, espacio integrado por varios actores de la educación nacional y que ha dado un conjunto de pautas, herramientas y estrategias concretas que fortalecen los procesos de inclusión existentes. Desde 2007, la FCS ha generado espacios y estrategias de inclusión para personas en situ- ación de discapacidad. A partir de 2016, mediante la organización de las Jornadas de Edu- cación Inclusiva, se ha propuesto reflexionar e intercambiar sobre los desafíos que se pre- sentan en la Udelar a la hora de la inclusión y la democratización de la enseñanza. En ese marco, el 29 de mayo tendrá lugar la III Jornada sobre Educación Inclusiva, que se centrará en la temática “Estrategias de abordaje para estudiantes en situación de discapacidad”. La construcción colectiva de estos espacios implica intercambiar no sólo sobre posibles enfoques, sino también en términos concretos de inclusión: cuáles son las adecuaciones, los ajustes razonables, las estrategias construidas para diversos perfiles estudiantiles, deconstruyendo colectivamente el perfil ideal homogéneo de estudiante. En la línea de la generación de aportes, tanto para los espacios institucionales como para el aula, se debe trabajar teniendo en cuenta la comunicación (lengua de se- ñas) y la incorporación de formatos digitales accesibles, apoyos tecnológicos, recursos para la adap- tación de materiales y diseños curriculares que tengan presente la heterogeneidad del estudiantado. La realidad demuestra que existe una distancia entre los planos normativos/discursivos y la prác- tica concreta. Es necesario, entonces, permitirse repensar estrategias didácticas y metodológicas que hasta el momento han sido bastante homogéneas y estandarizadas, y redescubrir otras formas posibles que permitan a muchas personas ampliar su horizonte de posibilidades mediante la edu- cación como emancipación, y así evitar prefijar destinos. Esto implica sortear limitaciones impuestas acerca de los diversos ejercicios profesionales, habilitando distintas formas de práctica profesional. Es clara la necesidad de repensar la educación inclusiva como política de Estado y comenzar a in- terpelar al statu quo y las prácticas educativas establecidas y arraigadas histórica y culturalmente. María Ortega es licenciada en Trabajo Social (Udelar) y referente del Espacio de Inclusión Educa- tiva de la UAE (FCS, Udelar) . Lucía Sánchez es licenciada en Trabajo Social con especialización en intervención familiar, encargada de Inclusión y Sensibilización de la fundación Bensadoun Laurent. Fuente: La Diaria El Observatorio Uruguayo | setiembre 2018