El Observatorio Uruguayo setiembre ELOBSERVATORIO Setiembre 2018 | Page 12
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AU TISMO
La visita a Uruguay de la Dra. Temple Grandin,
referente en autismo y bienestar animal
Especialista en bienestar animal, que no aboga por el vegetarianismo sino
que considera que es ético comer carne, pero que para hacerlo se debe dar al
ganado las mejores condiciones de vida posible.
Además, es una de las primeras personas ubicadas dentro del espectro autista que ha hablado en
público, dado conferencias e incluso escrito libros sobre su experiencia.
De hecho, su autismo se vincula con su trabajo con ganado. Considera que ser autista la “ayudó”
en su trabajo, porque le permitió ver detalles que afectaban a los animales y que para otros pasa-
ban desapercibidos.
“Si quieren entender el autismo y los animales”, dice en una charla TED de 2010, “tienen que ale-
jarse del lenguaje verbal. Yo pienso en imágenes, no pienso en lenguaje”.
Esa charla se titula “El mundo necesita mentes de todo tipo”. Ese concepto, el pensamiento en
imágenes, le da título a un libro que ella misma publicó en 1995 sobre su vida en el espectro au-
tista.
Hoy hay mucha más información sobre esta condición, pero cuando Grandin nació en 1947 en
Boston, no la había. Fue su madre quien le hizo el diagnóstico, al notar que la niña no hablaba
ni se comunicaba como los demás. Recién cuando tenía más de 40 años, Grandin se realizó
estudios formales que cercioraron lo que su madre ya vislumbraba. Fue su madre quien se negó
también a internarla en una clínica, como aconsejaba la medicina de mediados del siglo pasado.
“Cuando era una niña, no sabía que mi pensamiento era distinto. Pensé que todo el mundo pensa-
ba en imágenes”, cuenta. “Por ejemplo, si les digo que piensen en una iglesia, la mayoría piensa
en una iglesia generalizada, genérica. Yo veo solo imágenes específicas, pasan por mi memoria
igual que Google Imágenes”.
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Según cuenta Grandin, esta capacidad de pensar en
imágenes le permitió testear proyectos en su cabe-
za antes de llevarlos a la realidad. Y lo puso en prác-
tica desde joven, cuando con solo 18 años, con la
asistencia de un profesor de su liceo, diseñó y cons-
truyó una “caja de abrazos” o “máquina de apretar”.
Un dispositivo en el que podía meterse y calmar la
híper-sensibilidad asociada con su autismo, que le
provocaba, por ejemplo, ataques de pánico.
La idea para la caja de abrazos se le ocurrió en una
visita a la estancia de su tía, donde vio las máquinas utilizadas para sostener a las vacas mientras
las vacunaban o marcaban. Un primer contacto entre su condición y los animales.
“El pensamiento visual me dio entendimiento de la mente animal. Porque los animales piensan con
base en los sentidos, no en el lenguaje verbal”, dice Grandin.
Esa idea la llevó a comprender que los animales tienen miedos muy específicos. Por ejemplo, si un
hombre con un sombrero negro golpeó a un caballo, ese caballo tendrá miedo a los hombres con
sombreros negros. Pero si aparece el mismo hombre con un sombrero distinto, no necesariamente
se asustará.
Su propia atención a los detalles, muy desarrollada, la llevó en la misma línea a notar que a los
animales podían molestarles elementos como una bandera flameando, o una cadena que colgara
del techo. Esta comprensión le dio una sensación de cercanía con el ganado, por lo que se volvió
una impulsora de la ética en frigoríficos y mataderos.
“Tenemos que darles una vida decente y tenemos que darles una muerte indolora. Le debemos
respeto a los animales”, es una de sus frases más recordadas. Por eso Grandin se ha dedicado a
diseñar mataderos, en busca de reducir al mínimo el estrés en el ganado.
La historia de Temple Grandin trascendió, y se ha convertido en figura tanto del campo del autismo
como de la ganadería. En 2010, la revista Time la incluyó entre su lista de las personas más in-
fluyentes del mundo, en la categoría héroes. Ese mismo año, la cadena HBO estrenó una película
basada en su vida, que lleva su nombre a modo de título.
Grandin visitó Uruguay para brindar primero una charla sobre autismo, y luego viajar al departa-
mento de Durazno, donde participó de la prueba de un dispositivo inventado en Uruguay para re-
ducir los machucones en el ganado durante su transporte.
Fuente: EnPerspectiva.net
El Observatorio Uruguayo | setiembre 2018