El observatorio de los poemas. | Page 5

SIRENAS

Partió de la isla de la soledad

mientras escuchaba el canto de las sirenas.

Entre las gotas del agua

que besaban la quilla del barco

dibujaba el rumbo

a un nuevo destino.

Con sus sucias manos,

con su dulce mirada

entre las playas del amor

encontró a su marinero.

Huía descalza

sintiendo las piedras

arrancando su piel

en cada pisada.

Aquellas heridas de sus pies

dejaron de doler.

En un nuevo amanecer,

Sirena y marinero

fundieron la cera con sus manos

y juntos se abrigaron con el cielo.

Miguel Ángel Cebollada

Iker Marín

Leyre Arias