el newsletter de la camada 87 noviembre 2013 | Page 13

En estos años nos hemos llevado del rugby mucho más de lo que le hemos dado, y por eso estaremos siempre agradecidos. Obviamente, hemos pasado muchísimos momentos de amargura y hemos vivido un sinnúmero de situaciones difíciles al estar relacionándonos con jugadores y/o entrenadores que poseen distintas historias de vida que debemos tener en cuenta y respetar. Para ello es necesario conocer al otro, y es ahí donde tal vez más fallamos como entrenadores. A veces es muy difícil entender a las nuevas generaciones. Hablan y se comunican distinto, hasta se divierten y comportan de otra manera. Hace unos años, por ejemplo, un jugador justi?có no tener botines para hacer scrum alegando que su mucama “no se los había puesto en el bolso”. Otra me pidió descender de división, es decir, pasar de Intermedia a Preintermedia, lo cual no es normal, aduciendo que quería cagar a trompadas a un jugador del próximo rival, que sabía que jugaría en la Preintermedia (Obviamente, no hicimos lugar a su pedido). Una vez, uno de los jugadores, poco antes de comenzar un entrenamiento, se me acerca complaciente, las manos dentro de