Me emociona mucho ver todo lo que Papá hizo por su club
y todo lo que los chicos lo quieren.
Puede ser muy exigente, y le gusta que haya orden y las
cosas se hagan en forma correcta; sin embargo, es él
quien siempre nos malcría y mima comprando helados,
chocolates, nos lleva al cine, me busca a las tres de la
mañana en las fiestas. Una vez por semana nos compra
sándwiches, Cindor, medialunas, pancitos para tomar el té.
Gracias a él, tenemos perro, lo ama a Lolo, lo baña, le corta
el pelo, le da de comer. Es el “handyman” de la casa:
cuando algo se rompe, se encarga de arreglarlo, desde
Internet hasta pintar el techo de la casa. Tiene una fobia
con que la pileta esté impecable, por eso la limpia todos los
días. Cuando nos vamos de vacaciones nos quedamos
hasta altas horas de la madrugada jugando al T.E.G o a las
cartas, con todos mis primos y amigos.
Admiro mucho de él, lo paciente que es y que siempre nos
enseña a ser buenos con el prójimo y a valorar las cosas
que tenemos. Mis amigas después de las fiestas siempre
quieren venir a casa, porque una vez Papá nos pasó a
buscar y como teníamos hambre nos compró MacDonalds
a todas.