¿Había algún profesor normal en el Newman? O eran locos,
o hablaban raro, o tenían olor a chivo, o se vestían como
gangsters, o tenían delirios de grandeza, o eran nazis, o se
meaban el pantalón. Estaban todos juntos.
Una vez íbamos en auto con el Loco Eddie y Eddie Daddy.
El Loco se quejaba que el Chic era injusto, forro, etc. Eddie
Daddy nos dio la mejor respuesta: es bueno que haya gente
así en el colegio porque nos prepara para cuando salgamos
al mundo y nos crucemos con gente jodida. Un grande.
Conservo una gran amistad, casi familiar diría, con Andy, que
es el padrino de mi hija menor, y con Mono. Nunca hemos
perdido el contacto en todos estos años. A mediados de
cuarto año del colegio, a mi padre le tocó ir a Sudáfrica. Yo
no tenía más ganas de moverme, quería terminar el colegio
tranquilo y me quedé viviendo con mi hermana. Andy y
Mono y sus respectivas familias, me brindaron un apoyo
inmenso que hasta el día de hoy no olvido y mis viejos
tampoco. Además, me presentaron a Lucía, mi esposa, que
fue compañera de facultad de ellos.
El Burke también me apoyó mucho en la época que mis
viejos vivían afuera. Cuando terminamos, mi viejo envió una
carta de agradecimiento que el Burke pegó en la cartelera
de la sala de profesores.
Estudié ingeniería industrial en el ITBA (una facultad con