con Matías de 3 años, ya que ella se iba de viaje.
Caro se apareció un día con el chiquito y me dijo, “Mirá en lo
que nos enganchamos…”. No tuve mejor respuesta que
decirle “buenísimo” y le pedí que me explicara de qué se
trataba todo este tema. Me dijo que se había anotado en un
hogar como familias transitorias que dan apoyo a chicos
que viven en el hogar. El hogar que da a dos cuadras del
colegio y se llama Familia Esperanza.
Como en el verano vivíamos en el club, todo nos era fácil
para buscar o dejar a los chicos, pero después, como
vivimos en el centro, se nos complicaba un poco más
combinar los programas de nuestros chicos y las
búsquedas al hogar.
Pero esa complicación era nos la hacíamos nosotros ya que
nos sentíamos mal por buscarlos por poco tiempo. Después
nos dimos cuenta que para los chicos del hogar es el gran
programa que esperan toda la semana y con buscarlos
aunque sea un ratito era un programón para ellos.
La verdad que para nuestros hijos fue difícil al principio
compartir a Papá o a Mamá con un extraño que además
demandaba bastante de ellos porque eran chiquitos.
En el tiempo fuimos creciendo todos, compartiendo el amor