el newsletter de la camada 87 Julio 2014 | Page 9

Quinta Lección: Qué bueno que es poder hacer de todo, aún lo que no me gusta. A la noche hubo misa. Si bien rezar el padrenuestro agarradito de la mano de un flaco del 85´ de un lado y con otro del 05´ puede sonar a meloso … así fue. Hacía mucho que no iba a misa. Y hacía mucho que no comulgaba. De hecho, tampoco comulgué. Tal vez me decida para el próximo Retiro la idea de confesarme. Pero hace tanto que no me confieso, que no se me ocurriría ya ni siquiera qué carajo decir. Padre, he pecado. ¿? Y después, ¿qué carajo le digo? Le robé el lunch con sándwich de milanga a mi hijo cuando se iba tempranito al cole … ¿?. Luego vino la Adoración. ¿la qué?. La Adoración. No sé muy bien qué es eso. Pero por suerte hubo algunos no tan osados como para meterse en ese lugar oscuro lleno de velas. Y nos quedamos con un grupito hablando en el pasillo de afuera. No sé qué pasó en la Adoración, pero esa charla del pasillo fue como encontrar la luz y conocer mejor a algunos muy amigos míos donde nos pusimos a detallar cuestiones de nuestras vidas y a echarnos en cara todas las que nos habíamos mandado anteriormente. Fue genial. Lo que sí me arrepiento es que había una música que salía de la Adoración que daba ganas de ir a escucharla. En el próximo Retiro voy a tratar de ir a ese lugar lleno de ritos