el newsletter de la camada 87 Agosto 2014 | Page 18

Después vino el terremoto en Haití y quién iba a pensar que iba a terminar haciendo ayuda humanitaria una semana después. Para serles sincero, no porque tuve ganas, sino porque un grupo de la compañía en USA quería ir y yo tenía que acompañarlos. La verdad, que fue otra de las experiencias que me marcó mucho. Uno no está acostumbrado, o al menos yo, a ver tanta miseria, tanta desesperación por la supervivencia básica, y ver tantos chicos sin sus familias. Fue como vivir un sueño que duró dos días, como salir del cine de ver una película y quedar tocado. No saben cómo abracé a Magda y a los chicos cuando volví a casa. Fui a la playa miré al cielo y le dije al de arriba “ya te entendí”. Quien hubiera pensado, viviendo en un paraíso y con tantas cosas que nos pasaban. Hasta habíamos chocado de frente en año nuevo por un borracho canadiense que se olvidó que se manejaba del otro lado y qué decir que me había agarrado la gripe A en unos de mis viajes.