La noche estaba por llegar a su fin y el señor Caravaggio estaba bajos los efectos del licor que lo atormentaba desde hacía años. El hombre que se encontraba frente a él, un joven que se había encontrado por la calle y quien lo invitó a jugar, había bebido de muy poco a nada. Claro está, que el juego al que lo invitó tenía como propósito principal el apostar. Caravaggio tenía una afición por este tipo de juegos, por lo que aceptó sin preguntar.
En algún punto de la madrugada, el artista se dio cuenta de que debía demasiado, cosa que hacía siempre, pero esta vez notó que no podría salir del lugar por la ventana del baño, ya que estaban en un sótano y el joven al otro lado de la mesa mostraba una expresión de seriedad y fuerza que Caravaggio sabía no podría vencer. Así que el “artista más famoso de Roma” se dispuso a entretener al joven para alargar la noche y pensar en alguna salida triunfal.
Sin embargo, Caravaggio fue descubierto, y el joven se levantó para conectar el primer golpe. Cabe resaltar, que este tipo de peleas eran extremadamente comunes en Roma y más durante esos años (1600-1650). De hecho, Caravaggio tenía un currículum bastante amplio de peleas y asaltos. Y así, la pelea los llevo a la calle y entre la furia, la bebida y la confusión, Caravaggio logró conectar varios golpes, llevó al piso a su contrincante y lo dejó sin vida en las calles de Roma.
Nápoles es una bonita ciudad, activa, glamorosa y con un movimiento artístico que estaba tomando fuerza. Era el lugar perfecto para un fugitivo/exiliado. Tomassoni, Ranuccio Tomassoni era el nombre del chico a quien Caravaggio quitó la vida. Este chico que deambulaba por las calles de Roma, terminó entre el enojo alimentando por el licor de Caravaggio, y perdió su vida a manos de un artista. Como era de esperarse, Caravaggio se marchó a Nápoles, y con el tiempo a Malta. El resto de esta historia es una serie de pinturas altamente reconocidas y una muerte dudosa en un viaje a Roma para obtener el perdón del gobierno italiano.