El día de hoy analizaremos una de las famosas pinturas de la era Post-Renacimiento, Los Discípulos de Emaus de Caravaggio. Ésta pintura está pintada al óleo sobre lienzo, como la mayoría de las pinturas del Renacimiento, mide 140 cm de alto y 197cm de ancho. La obra representa el momento cumbre de la acción del episodio descrito en el Evangelio de Lucas, 24:30-32. Para los que no conocen éste episodio, la mayoría, incluyendo a muchos católicos, ésta pintura representa a dos discípulos, Cleofás y Santiago, al momento de reconocer a Cristo resucitado, cuando éste está bendiciendo el pan. Ésta pintura fue tan reprimida por la Iglesia Católica (No sabemos por qué) que el mismo autor tuvo que pintar una nueva. Se cree que la obra fue criticada por la Iglesia porque Caravaggio pintó a Jesús y a sus discípulos de una manera humilde, con ropas sucias, y cara y cuerpo de gente común y corriente, cuando en el Renacimiento se pintaban cuerpos grandes y musculosos vistiendo ropas finas. La verdad es que ésta obra es la mejor representación de Caravaggio y de la época post-renacentista, más allá de su significado religioso. Su crítica a lo largo de la historia la han hecho aún más interesante, y la han hecho un motivo de discusión para críticos e historiadores. En nuestra opinión, ésta obra es una joya, y para la Iglesia también lo debería ser, porque expresa correctamente lo que representa Jesús; humildad, pobreza, sinceridad, bondad y amor. No sabemos por qué la Iglesia la critica, pero parece ser una exageración. Los expertos halagan esta pintura, pero la Iglesia la evita. ¿A quién deberíamos hacerle caso? Pues, a menos que uno sea un católico conservador, deben de estar del lado de los expertos, esta obra es una maravilla, no solo por la pintura en sí, sino también por su significado, por lo que simboliza. La decisión está en ustedes, aunque nosotros estamos del lado de los expertos, esperamos que compartan la misma idea.
LOS DISCÍPULOS DE EMAUS