El Misterio de Belicena Villca El Misterio de Belicena Villca Edición 2017 | Page 98
¨El Misterio de Belicena Villca¨
Cruzada, mas, en principio, ésta no apuntará al objetivo principal sino a uno secundario; se
divulgará la necesidad caballeresca cristiana de prestar ayuda a la Iglesia bizantina contra los
turcos; si ese llamado da los resultados esperados, recién entonces se anunciará el deber de
“liberar a Tierra Santa”; y solamente si este último reclamo es obedecido, sólo así, se
emprenderá la misión a Jerusalén para buscar la Clave del Templo de Salomón. Porque ocurre
que la recuperación del Secreto del Pueblo Elegido no es fácil: si estuvo oculto veintiún siglos
no es porque nadie lo hubiese buscado y encontrado antes, sino porque su encubrimiento fue
deliberado y cuidadoso y empleó técnicas esotéricas; su localización actual exigiría el envío de
un equipo de Sacerdotes Iniciados en la Cábala acústica y numeral, para leer y pronunciar
correctamente las Palabras que abrirían el Cerrojo del Secreto: y ese equipo sí, que debería ir
en el momento justo, contando con la máxima seguridad, porque de esa operación dependería
el éxito o fracaso de una Estrategia planificada sistemáticamente durante seiscientos años.
El Sínodo de Clermont del año 1095 es empleado por el Papa Golen Urbano II, reciente
prior de Cluny, para llamar a la guerra contra los infieles y liberar a la Iglesia de Oriente: –”esta
guerra es, explicaba Urbano II, una peregrinación de Caballeros armados”; “habría
indulgencias espec iales para todos los que tomasen la cruz y, tan complacientes estarán los
Cielos con la Cruzada, que luego sobrevendrá un extraordinario período de Paz de Dios”–.
Pedro el Ermitaño, un predicador popular, reúne una multitud de cien mil personas carentes de
preparación militar y de medios, la que pronto será exterminada; en cambio el ejército de
Caballeros francos, flamencos y normandos, causa la admiración de los Golen: están alistados
en él, Godofredo de Buillón, Señor de la Lorena, con sus dos hermanos Balduino y Eustaquio;
Roberto de Flandes; Roberto de Normandía; Raimundo de Tolosa; el Señor normando de
Italia, Bohemundo de Tarento; y Tancredo. ¡A este ejército se le podía solicitar, de entrada, la
conquista de Jerusalén!
Tras múltiples dificultades propias de la guerra contra un enemigo valeroso y
religiosamente fanatizado, agravadas por las traiciones de los bizantinos, los Cruzados
consiguen conquistar Jerusalén en 1099, tres años después de la partida de Europa. Se funda
allí un Reino cristiano del que Godofredo de Bouillón es el primer Rey.
Tras esa victoria, los Golen sólo emplearán treinta años en ubicar las Tablas de la Ley y
transportarlas a Europa: a partir de entonces comenzará la revolución del gáulico o gótico.
Aquella fase del plan se desarrolló con varios movimientos paralelos. Por un lado, había que
preparar un lugar adecuado para recibir las Tablas de la Ley, descifrar su mensaje, y encontrar
el modo de aplicar el Conocimiento de la Serpiente a la Construcción de Templos. Por otra
parte, se debía despachar cuanto antes hacia Jerusalén el equipo de Iniciados Golen que se
encargaría de localizar el Secreto. Y también, habría que dar marcha de inmediato a la
formación de la Orden militar que sostendría a la Sinarquía financiera que prontamente se
tendría que crear. Si tales movimientos culminaban en los objetivos propuestos por la
Fraternidad Blanca, entonces no tardaría en sobrevenir el Gobierno Mundial del Pueblo
Elegido y se cumpliría la Voluntad del Dios Creador Uno.
El monje benedictino Roberto recibió en 1098 la orden de retirarse a las inmediaciones de
Citeaux: en el año 1100, apenas conocida la noticia de la toma de Jerusalén, el Papa Pascual
II lo pone al frente de la Abadía del Cister y le encomienda la reforma de la regla cluniacense.
Sobre la base de la Regula Monachorum de San Benito, él y su sucesor Alberico, introducen
cambios substanciales con respecto a Cluny: los monjes vuelven al trabajo manual, se insiste
con más rigor en el ascetismo y la soledad, es decir, en el secreto, y se cambia la
indumentaria: en adelante los cistercienses no emplearán el hábito negro clásico de los
cluniacenses y benedictinos, sino uno blanco, semejante a la antigua túnica de los Golen de
las Galias romanas, y a la de los sacerdotes levitas que custodiaban en Israel el Arca con las
Tablas de la Ley. En el 1112 la comunidad está lista para recibir al grupo de Iniciados que le
dará su definitiva conformación: son treinta y uno, entre ellos San Bernardo con cinco de su
familia, todos Golen. Luego de tres años de estudiar los detalles finos, San Bernardo se aboca
a fundar en Claraval, región de la Champaña, feudo del Conde Hugo, también de familia
Golen, un monasterio adecuado para conservar el Secreto que llegaría de Oriente. Una vez
terminado, con el pretexto de efectuar traducciones de textos hebreos, se convoca a los
principales Rabinos cabalistas de Europa para colaborar en la tarea de descifrar las Tablas de
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