El Misterio de Belicena Villca El Misterio de Belicena Villca Edición 2017 | Page 405
¨El Misterio de Belicena Villca¨
sentarse a la mesa, nadie en Alemania hubiera sido capaz de interrumpirle por un motivo tan
prosaico como yantar una cena. Yo por mi parte sólo deseaba seguir oyendo sus increíbles
revelaciones y por eso, cuando me preguntó si le había comprendido, no vacilé en hacerle
presente mis dudas:
–Hay algo que ahora me preocupa –dije inmediatamente–. Todo cuanto Ud. ha dicho, mi
Führer, sobre el Demiurgo El Uno lo comprendo perfectamente y lo acepto, pero no puedo
dejar de preguntarme ¿quién es entonces Dios, el verdadero Dios ¿O...?
–Esa es una pregunta que no debe Ud. hacerse, joven Kurt, –afirmó categóricamente el
Führer–. No mientras su mente esté sujeta a la lógica racional, pues sólo logrará entonces
arribar a paradojas irreductibles. Pero es evidente que la duda ya ha germinado en Ud. y que
seguirá meditando en ello. Le daré entonces una respuesta provisoria: Dios es incognoscible
para todo aquel que no ha conquistado el Vril. Tenga siempre presente esta verdad, joven
Kurt: desde la miserable condición de esclavo de Jehová Satanás no es posible conocer a
Dios, pues Él es absolutamente trascendente. Es necesario recorrer un largo camino de
purificación sanguínea para saber algo sobre Dios, sobre el “verdadero Dios”, como Ud. bien
dice. La mayoría de las grandes religiones, al hablar de Dios, se refieren al Demiurgo El Uno.
Esto ocurre porque las Razas que pueblan actualmente el mundo han sido “trabajadas” por los
Demonios de Shambalá, implantándoles ideas sinárquicas en la memoria genética de sus
miembros, para poder dirigirlas hacia el gran Arquetipo colectivo que se llama Manú. Así,
percibiendo la realidad tras un velo de engaño, se llega a esas concepciones de Dios
panteísta, monista o trinitario, que sólo son apariencias de El Uno, el Demiurgo ordenador de
la materia.
Fíjese lo que ocurre con el concepto de Dios que poseen los distintos pueblos integrantes
de la antigua familia de lenguas indogermanas: casi todos los nombres derivan de las mismas
palabras y es seguro que éstas designan en un pasado remoto a un Dios “Creador de todo lo
existente”, es decir al Demiurgo, El Uno. En sánscrito tenemos las palabras “Dyans pitar”, que
en los Ve