El Misterio de Belicena Villca El Misterio de Belicena Villca Edición 2017 | Page 190
¨El Misterio de Belicena Villca¨
Los Nobles, las Ciudades, y los Obispos nacionalistas aceptan. Guillermo de Plasian solicita
ser el acusador de Bonifacio en el futuro Concilio; es aceptado también, y lee una declaración
donde expone sus argumentos: “Yo, Guillaume de Plasian, Caballero, digo, anticipo y
afirmo que Bonifacio, quien ahora ocupa la Santa Sede, será hallado un hereje perfecto,
de acuerdo a las herejías, hechos prodigiosos y doctrinas perversas mencionadas a
continuación: 1ro. no cree en la inmortalidad del Alma; 2do. no cree en la vida eterna,
pues afirma que más bien desearía ser un perro, un asno o cualquier otro bruto antes
que francés; cosa que no diría si creyera que un francés tiene un Alma eterna. No cree
en la Presencia verdadera, pues adorna su trono con mayor magnificencia que el altar.
Ha dicho que para humillar a su majestad y a los franceses trastocaría el Universo
entero. Dio su aprobación al libro de Arnaud de Villenueve, el brujo protegido de los
cistercienses, que había sido condenado por el Obispo y la Universidad de París. Hizo
erigir estatuas de sí mismo en las Iglesias con el propósito de que se le rinda culto junto
al Crucificado. Tiene un Demonio familiar, al que llama ‘Bafoel’ que le revela cuanto
desea saber: por eso dijo que aunque toda la humanidad estuviese ubicada a un lado, y
él solo en el otro, él no puede equivocarse, ya se trate de un aspecto de hecho o de
derecho. Expresó en su prédica pública que el Sumo Pontífice, así ponga precio a todos
los sacramentos y cargos eclesiásticos, no puede cometer simonía, lo que es una
herejía afirmar. Al igual que un hereje confirmado, que sostiene que sólo la suya es la fe
verdadera, calificó a los franceses –notoriamente uno de los pueblos más cristianos– de
Cátaros. Él es un repugnante sodomita, como lo prueban numerosos testimonios. Es
también un asesino: en su presencia hizo dar muerte a muchos clérigos diciendo a sus
guardias, cuando no llegaban a matarlos con el primer golpe: ‘Golpea, golpea, Dali, Dali’.
Obligó a sacerdotes a violar los secretos del confesionario. No observa vigilias ni
ayunos. Lanza filípicas contra el Colegio de Cardenales, contra la Orden de Caballeros
Teutónicos, contra la Orden de Predicadores Domínicos, contra los hermanos menores
y los Franciscanos Espirituales, repitiendo a menudo que arruinan el mundo, que son
hipócritas y falsos, y que nada bueno habrá de suceder a quien se confiese ante ellos.
Tratando de destruir la fe, ha concebido una vieja aversión contra el Rey