EL LLANO EN LLAMAS el-llano-en-llamas-de-juan-rulfo | Page 42
Mi hermana y yo volvimos a ir por la tarde a mirar aquel
amontonadero de agua que cada vez se hace más espesa y oscura y que
pasa ya muy por encima de donde debe estar el puente. Allí nos
estuvimos horas y horas sin cansarnos viendo la cosa aquella. Después
nos subimos por la barranca, porque queríamos oír bien lo que decía la
gente, pues abajo, junto al río, hay un gran ruidazal y sólo se ven las
bocas de muchos que se abren y se cierran y como que quieren decir
algo; pero no se oye nada. Por eso nos subimos por la barranca, donde
también hay gente mirando el río y contando los perjuicios que ha
hecho. Allí fue donde supimos que el río se había llevado a la Serpentina
la vaca esa que era de mi hermana Tacha porque mi papá se la regaló
para el día de su cumpleaños y que tenía una oreja blanca y otra
colorada y muy bonitos ojos.
No acabo de saber por qué se le ocurriría a La Serpentina pasar el
río este, cuando sabía que no era el mismo río que ella conocía de a
diario. La Serpentina nunca fue tan atarantada. Lo más seguro es que
ha de haber venido dormida para dejarse matar así nomás por nomás. A
mí muchas veces me tocó despertarla cuando le abría la puerta del
corral porque si no, de su cuenta, allí se hubiera estado el día entero
con los ojos cerrados, bien quieta y suspirando, como se oye suspirar a
las vacas cuando duermen.
Y aquí ha de haber sucedido eso de que se durmió. Tal vez se le
ocurrió despertar al sentir que el agua pesada le golpeaba las costillas.
Tal vez entonces se asustó y trató de regresar; pero al volverse se
encontró entreverada y acalambrada entre aquella agua negra y dura
como tierra corrediza. Tal vez bramó pidiendo que le ayudaran. Bramó
como sólo Dios sabe cómo.
Yo le pregunté a un señor que vio cuando la arrastraba el río si no
había visto también al becerrito que andaba con ella. Pero el hombre
dijo que no sabía si lo había visto. Sólo dijo que la vaca manchada pasó
patas arriba muy cerquita de donde él, estaba y que allí dio una
voltereta y luego no volvió a ver ni los cuernos ni las patas ni ninguna
señal de vaca. Por el río rodaban muchos troncos de árboles con todo y
raíces y él estaba muy ocupado en sacar leña, de modo que no podía
fijarse si eran animales o troncos los que arrastraba.
Nomás por eso, no sabemos si el becerro está vivo, o si se fue
detrás de su madre río abajo. Si así fue, que Dios los ampare a los dos.
La apuración que tienen en mi casa es lo que pueda suceder el día
de mañana, ahora que mi hermana Tacha se quedó sin nada. Porque mi
papá con muchos trabajos había conseguido a la Serpentina, desde que
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