El libro de la verdad y de la vida El libro de la verdad y de la vida | Page 61

A NTONIO P INTO R ENEDO de salvajes y la Iglesia no ha hecho nada para acabar con estas prácticas. Pero el mayor y más grave crimen que la Iglesia come- tió fue utilizar la religión como instrumento para la ob- tención de poder y riquezas y no para propagar las ideas de Cristo u otras honorables, a causa de esto las genera- ciones futuras fueron adquiriendo la idea de que los des- manes de la Iglesia eran responsabilidad de Cristo, lo que provocó una corriente anticristiana, al confundir la dife- rencia entre sus enseñanzas y los comportamientos des- póticos de quienes decían representarle, pero ahí es don- de tiene que actuar la inteligencia de las personas y darse cuenta de que no es lo mismo parecer que ser y tampoco es lo mismo decir que se es representante de Cristo que serlo. El hombre solo podrá alcanzar la verdadera libertad si deja de confundir apariencia con realidad y mediante un pensamiento crítico busca la verdad valorando las co- sas por los hechos y no por las apariencias, es mediante ese pensamiento crítico como se podrá fundar una socie- dad futura cuyos fundamentos sean la búsqueda de la ver- dad y el análisis objetivo de los hechos. Otro hecho lamentable en la Iglesia es dar una imagen negativa de la sexualidad, por eso muchos hombres y mu- jeres se vieron abocados a una vida de enclaustramiento y separación del resto de la sociedad y a favorecer una visión negativa de la sexualidad, o de la maternidad para las mu- jeres, como si ser virgen acercase a una mujer a Dios, pero tener hijos no. La Iglesia es responsable de esto, pues nunca se preocupó por acabar con tal mito, pues únicamente es lí- cito defender la virginidad en la fase previa al matrimonio 61