El libro de la verdad y de la vida El libro de la verdad y de la vida | Page 136

E L LIBRO DE LA VERDAD Y DE LA VIDA cos demócratas” llegó también un cambio en la política pe- nitenciaria por la que los delitos graves, como violaciones o asesinatos, pasaron a ser leves, y los delitos leves como hurtos, aun siendo reiterativos pasaron a tener el tra- tamiento en la práctica de legalizados. Es decir, que a las víctimas se les preparaba un juicio tapadera con todos los ademanes legales, al ladrón se le condenaba con toda la sonoridad de la sentencia y, una vez acabado el juicio, se le soltaba y la multa se le retiraba en base a frívolos subter- fugios legales alegando insolvencia, como si el objetivo de la ley fuera la obtención de dinero y no hacer justicia. Un Estado así no puede considerarse más que como cómpli- ce y, desde un punto legal, debería ser considerado como responsable civil subsidiario si ampara al delincuente y se niega a castigarle, tal política esconde el deseo del Estado de que sean los ciudadanos mediante los robos los que mantengan a mendigos o delincuentes en lugar de asumir sus obligaciones y crear una auténtica política social que acabe con la marginalidad. De todas las acciones de estos falsos demócratas la más vil ha sido mirar para otro lado ante la inseguridad ciudadana y, mientras, gastar fortunas en coches blindados y escoltas para ellos. En el fondo, da la impresión de que ese proceso de con- descendencia con los delincuentes por parte de estos falsos políticos demócratas, lo que en realidad busca es crear un código penal a su medida, es decir, que, en caso de ser con- denados por corrupción, tengan ya las medidas legales pre- paradas para salir impunes, y con ellos, el resto de los de- lincuentes. 136