El libro de la verdad y de la vida El libro de la verdad y de la vida | Page 101

A NTONIO P INTO R ENEDO gobierno, que provoca la aparición de las organizaciones mafiosas que, en realidad, son como minigobiernos para- lelos apoyados por sus clientes. Es cierto que las drogas son perjudiciales para la salud, pero el gobierno debe con- vencer a los ciudadanos de ello de forma pacífica y sin vio- lar su libertad de elección. Lo mismo ocurre con la prostitución. Sería deseable que esta práctica no existiera, pero para conseguirlo no es jus- tificable el maltrato y la persecución de quienes se dedican a ello, sino que hay que crear las condiciones de ayuda so- cial que permitan a estas personas salir de la marginalidad. Es muy fácil prohibir estas cosas, pero si se quieren erradi- car primero se deberán afrontar los problemas de exclusión social y ayudar a estas personas. Precisamente por el afán de los gobiernos de inmiscuirse en el libre albedrío de los ciudadanos sobre cuestiones de salud es por lo que aparecieron las mafias como la que sur- gió a principios del siglo XX en Estados Unidos. Lo para- dójico es que estas mafias, aún dentro de la ilegalidad, en cierto modo representaban una expresión de reclamo de justicia social al desobedecer las leyes del gobierno que pre- tendían limitar los derechos sociales. Es por este motivo que las mafias se hacen grandes, porque el hecho de que una cosa sea insana no implica que tenga que ser ilegal, y si los ciudadanos creen que la ley seca no es correcta tien- den a desobedecerla y, por consiguiente, se crea un poder paralelo al que tiene el Estado que da lugar a un triste en- frentamiento entre policías y ciudadanos. En ocasiones, estas mafias llegan a ser tan poderosas que causan auténti- cas guerras civiles, como ocurre en México y Colombia, por ser países productores o de tránsito de drogas. Mucha 101